Antes de la juramentación del gabinete ministerial de Pedro Castillo, el sociólogo Héctor Béjar ya había sido confirmado como el nuevo mandamás de Torres Tagle tras la difusión de una fotografía donde se le ve con el canciller de Uruguay, Francisco Bustillo. Así, Béjar se convierte, con 85 años, en uno de los ministros más longevos de la historia peruana.
Además de sociólogo y docente universitario, Béjar es licenciado en derecho y doctor en ciencias políticas por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde tuvo como maestros al historiador Jorge Basadre y al filósofo Augusto Salazar Bondy. En esa casa de estudios, a la que ingresó en 1951, fue compañero del político de izquierda Alfonso Barrantes y de Mario Vargas Llosa, con quien militó en un círculo de estudios llamado Cahuide.
El novelista en “El pez en el agua” recuerda a Béjar como el “primer instructor” de Cahuide y “un muchacho alto y simpático, de cara redonda como un queso, con una voz muy bien timbrada, lo que le permitía ganarse la vida como locutor en Radio Central. Era algo mayor que nosotros —estaba ya en Derecho— y estudiar con él marxismo resultó agradable, pues era inteligente y sabía armar las discusiones del círculo”. El personaje Héctor que aparece en la novela “Conversación en la catedral” fue inspirado en el exguerrillero.
A pesar de sus distintas facetas, Béjar es recordado por ser uno de los fundadores y líderes del Ejército de Liberación Nacional, donde conoció al poeta Javier Heraud a inicios de los años 60. En febrero de 1966, Béjar sería detenido en Lima y mandado a cana por sedición. Sería en prisión donde escribiría “Perú 1965: Apuntes sobre una experiencia guerrillera”, texto que le permitió ganar el Premio Casa de las Américas, en la categoría de Ensayo en 1969.
Su liberación llegaría en 1970, gracias a una amnistía que le otorgó el gobierno de Juan Velasco Alvarado. Una vez libre, el exguerrillero, de combatir al Estado, pasó a formar parte del Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (Sinamos), un aparato estatal que apoyó las reformas que realizó la primera fase del Gobierno Revolucionario de la Fuerzas Armadas. Esa experiencia llegó a su fin en 1975 cuando se dio el golpe de estado de Morales Bermúdez contra el régimen de Velasco.
Cuando se alejó del Sinamos y retornó a su vida civil, fundó una de las primeras oenegés en el Perú: el Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación (Cedep). Antes de todas sus aventuras intensas, Béjar ingresó a Bellas Artes en 1959, pero dejó sus estudios para irse a la guerrilla en Cuba, donde conocería a Fidel Castro y al Che Guevara. Sin embargo, él se sacaría el clavo y, en 2017, retornaría a Bellas Artes como alumno.
Béjar, además, es un escritor infatigable. En 2020, antes de que estalle la pandemia por el nuevo coronavirus, publicó un ensayo voluminoso llamado “Vieja crónica y mal gobierno: Historia del Perú para descontentos”, cuya primera edición se agotó. Ese mismo año lanzó el libro “Velasco”. En su historial también figuran distintos ensayos y artículos que ha escrito sobre política y sociología.
Antes de que comience la campaña electoral para la primera vuelta de las elecciones generales peruanas, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores había manifestado su respaldo y apoyo a la candidatura del profesor Pedro Castillo Terrones, y en segunda vuelta no cambió su discurso. Además, es conocida su relación con los dirigentes del partido político Perú Libre y, como él ha dicho en reiteradas ocasiones, está del lado de los radicales. Esa posición, además de su respaldo a los regímenes autoritarios de Cuba y Venezuela, le ha hecho merecedor de muchas críticas.
En redes sociales muchos usuarios saludaron la designación de Béjar como canciller. Su sobrina Tatiana Béjar escribió en su cuenta de Facebook: “Que mi tío sea el nuevo Canciller del Perú no solamente es un reconocimiento a su trayectoria intelectual, política e incluso artística, sino es un mensaje importante para el rol geopolítico que tendrá el país. Se afirma un gobierno de izquierda para el mundo”. Quienes fueran alumnos del sociólogo sanmarquino también expresaron sus buenos deseos a la nueva etapa de su maestro.