El presidente de la república, Pedro Castillo, trabaja este momento en la ciudad apurimeña de Abancay mientras el Congreso obstruccionista malgasta el tiempo pensando solo en sus intereses.
Castillo sostuvo que va aprendiendo de los errores y que su gobierno no es comunista ni chavista y que está abierto al diálogo con todos los que buscan el fortalecimiento de la democracia.
Enfatizó que su gestión le está poniendo énfasis al tema de la salud y que el proceso de la vacunación seguirá avanzando. En este punto hay que reconocer que la gestión de Castillo ha logrado que la vacunación avance de manera acelerada. Buen punto que los sinvergüenzas y muchos delincuentes no quieren ver. No quieren ver porque no les interesa el país sino solo sus intereses personales.
El mandatario dijo hace algunos días que lo quieren vacar porque en enero del 2022 empezarán las revisiones y renegociaciones de los contratos que favorecen solo a ciertas empresas y perjudican a la nación. Lo que pasa es que en otros gobiernos los contratos se hacían con acuerdos bajo la mesa sin importar los intereses del país.
Castillo aseguró que su gobierno no es antiminero y que está dispuesto a conversar con quienes creen en el país y que quieren explotar los minerales respetando el medio ambiente y a los peruanos que viven en zonas mineras. Es verdad: una mina que perjudica las cabeceras de cuencas no es bienvenida en ningún país serio. La minería es necesaria y valiosa en la medida que no destruya el medio ambiente y cuyas ganancias se repartan de manera justa.
Castillo llegó al gobierno sin equipo ni planes concretos: de Chota a Palacio, de frente. Castillo llegó a la presidencia con los votos no precisamente a su favor sino en contra de la presunta cabecilla de una banda que ahora promueve la vacancia sin descanso.
Esta banda delincuencial no se detendrá porque está en la política para evitar las rejas. Por esto apostar por la vacancia no es el camino, apostar por la vacancia es seguirle el juego a los que se parecen a Merino. La ruta es ayudar en la medida de lo posible para que Castillo aprenda en el camino y no se pierda como Toledo o como Humala y se convierta en un traidor más.