Los valientes dirigentes de los transportistas realizan una huelga de hambre desde la noche del jueves en la puerta del Congreso para presionar a los parlamentarios a derogar este viernes la Ley 32108 que impide el allanamiento de la guarida del sospechoso de asesinato y extorsión hasta la presencia de su abogado.
Los transportistas exigen también que no se apruebe la propuesta llamada Ley de terrorismo urbano porque no solucionará el problema y que además serviría para criminalizar las protestas como las que están haciendo en contra de los asesinos y extorsionadores.
Los congresistas hasta ahora no han logrado aprobar ninguna ley ni presionar a las instancias correspondientes para frenar la ola criminal de asesinatos y extorsiones, sino actúan como si no estaría ocurriendo algo grave en el país y se convierten así en parte del problema en lugar se ser parte de la solución.
Las manifestaciones de transportistas contra los criminales, que empezaron el 26 de setiembre, se reactivaron el 10 de octubre y continúan creciendo el viernes 11. Los transportistas reciben ahora el apoyo de diversos sectores de trabajadores en Lima y en varias regiones se habla ya de una necesidad de realizar un Paro Nacional a fin de hacerle frente a los delincuentes de todos los niveles.