InSight tocó tierra el mes pasado en Elysium Planitia, el Planeta Rojo, una vasta llanura donde se puede estudiar de manera segura la naturaleza interna de nuestro vecino del sistema solar. Desde entonces, se está configurando lentamente para realizar diversos experimentos y recolectar mediciones, lo que ayudará a los científicos de la NASA a obtener información sobre el interior de Marte, por ejemplo, si su núcleo es fundido o sólido, y qué tan gruesa podría ser su corteza.
Sin embargo, el 6 de diciembre, la configuración había progresado lo suficiente como para que el brazo robótico del módulo de aterrizaje tuviera un momento para disfrutar de la vanidad y tomar una foto del propio módulo: un selfie estelar.
Con sus paneles solares desplegados, la nave tiene aproximadamente 19 pies y 8 pulgadas de largo, según la NASA, y aproximadamente 5 pies y 1 pulgada de ancho. El brazo robótico mide 5 pies y 9 pulgadas de largo, lo que proporciona este disparo desde arriba.
El alcance de esta sección del terreno es esencial, ya que uno de los instrumentos clave de InSight es un sismómetro que debe excavar en el suelo para medir de manera más precisa y sensible las ondas de energía generadas por los marsquakes (como se le conoce a los terremotos en Marte) en orden para juzgar cómo es el interior del planeta.