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Este artículo es de hace 3 años

Pescadores sin trabajo ni sustento por ecocidio de Repsol

La crisis en la actividad pesquera artesanal se paralizó primero por la pandemia del coronavirus y, ahora, que se ha ido retomando poco a poco, el mar se tiñe de negro. La petrolera Repsol, causante de este ecocidio, afirma no ser responsable.
Eduardo González Viaña

Han pasado más de dos meses desde que se derramaron más de 10 mil barriles de petróleo en la refinería La Pampilla, en el distrito de Ventanilla, en donde la opera la empresa española Repsol. El petróleo se extendió por el mar peruano desde Ventanilla hasta los distritos de Santa Rosa, Ancón y playas norteñas como Huacho, Barranca, Chancay, entre otras.

Repsol no solo es responsable del derrame de más de 10 mil barriles de crudo en el Perú en los últimos meses, sino que mantiene también una deuda con aquellos quienes viven, trabajan y se benefician del mar: los pescadores.

Las playas del distrito de Santa Rosa fueron afectadas por el derrame de crudo en el litoral peruano. Pese a ser un distrito pequeño, la mayoría de sus habitantes se dedica a la pesca como labor principal. La cercanía y riqueza de su mar hace atractivo su balneario cada verano y recibe visitantes de otros distritos limeños.

La presencia de petróleo en el mar santarrosino ha significado una terrible contaminación ambiental de playas que no recibirán un visitante más y, sobre todo, pescadores sin trabajo ni otra forma de subsistir.

En este documental, EL PERFIL conversa con los pescadores afectados, un ingeniero en hidrocarburos y el teniente alcalde de Santa Rosa.

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