Acabo de leer de un tirón “Causas y azares” (Debate, 2020), tercer libro del investigador literario y escritor peruano Luis Rodríguez Pastor (1988). En las 142 páginas, el autor recoge, como dice el subtítulo de la obra, cien anécdotas de personajes peruanos del siglo XX, entre los que se encuentran Mario Vargas Llosa, César Vallejo, César Lévano, César Hildebrandt, Oswaldo Reynoso, Haya de la Torre, Fernando Belaúnde, Luis Alberto Sánchez, Jaime Bayly, entre otros.
Cada anécdota, además, cuenta con su respectiva fuente que permite su verificación y una prudente nota al pie de página que contextualiza al lector. Rodríguez Pastor ha construido el lado B de los peruanos más polémicos e ilustres, gracias a las pequeñas historias que cazó en libros, revistas, recortes periodísticos y registros audiovisuales durante cuatro años y medio, como señala el prólogo.
La anécdota, ese relato enano que siempre pasa desapercibido y es arrinconado al olvido, contribuye a una revisión a tiempo completo de la historia, para redescubrir a sus protagonistas y su entorno. El libro es, sin más, un elogio a lo fugaz, a lo que cautiva, entretiene, impresiona, aterra por un rato, pero que puede marcarnos de por vida. La anécdota en el Perú, luego de este libro, no volverá a ser tratada con desgana.
El libro está lleno de virtudes, una de ellas es su impronta cortazariana porque no se ciñe a una lectura lineal; al contrario, se puede jugar con sus carillas como si se tratase de una rayuela, impera el azar y el orden pierde terreno. Otra mención honrosa es que el autor incluye más de 15 anécdotas de peruanas a pesar del “alarmante desnivel que existe en el Perú entre hombres y mujeres en cuanto a producción de memorias”.
El relato breve que más me impactó fue sobre cómo se tituló el primer poemario de Blanca Varela. Cuenta Fernando de Szyszlo, exesposo de Varela, que la poeta le mostró a Octavio Paz un conjunto de poemas reunidos bajo el título de “Puerto Supe”. Al ensayista mexicano le gustó el contenido, pero no el título. Le dijo a Blanca que Supe no significaba nada, a lo que Blanca respondió: “Octavio, ¡pero ese puerto existe!”. Y con el nombre de “Ese puerto existe” nació el primer poemario de Varela, prologado por Paz.
El catálogo de personajes de “Causas y azares” lo completan filósofos, deportistas, pintores, bailarinas, cantantes, historiadores, etc. El menú que se ofrece es variado, para todo tipo de comensales. Algo de yapa, en una entrevista con la plataforma literaria Lee por gusto, Rodríguez Pastor dijo que su archivo sigue acumulando historias. Habrá que esperar, si el autor lo quiere, una segunda edición.