La película “Le Mohican” o “El Mohicano”, dirigida por Frédéric Farrucci y protagonizada por Alexis Manenti y Mara Taquin, es una película que parte de la selección Orizzonti Extra en el Festival de Cine de Venecia 2024.
La cinta mezcla la intensidad de una persecución implacable con la profundidad de una transformación revolucionaria. Ambientada en la salvaje y hermosa isla de Córcega, la película sigue a Joseph, un pastor solitario y testarudo, que se enfrenta a la mafia que intenta arrebatarle su tierra. Este conflicto lo convierte en un fugitivo, perseguido tanto por la ley como por sus enemigos, mientras su sobrina Vannina utiliza las redes sociales para mantener viva su leyenda.
La película no solo se gana el calificativo de “necesaria”, sino que lo hace con total merecimiento. Este filme, un thriller social disfrazado de cine negro, nos enfrenta cara a cara con la corrupción y las mafias que, como una sombra, se extienden por todo el mundo, aunque en esta ocasión la trama se sitúa en el contexto de la especulación inmobiliaria en Córcega. Farrucci nos ofrece una obra que, aunque localizada, se universaliza en su denuncia: la corrupción no conoce fronteras, y las mafias, aunque disfrazadas con trajes diferentes, operan bajo los mismos principios en todos los países.
El filme refleja una realidad incómoda y vigente: en cualquier rincón del mundo, los “malos” visibles son apenas la punta del iceberg. Debajo de ellos, se esconde un entramado de complicidades que involucran a instituciones que deberían ser imparciales, y a medios de comunicación que han sido comprados por los poderes fácticos. La ley, que debería ser un baluarte de igualdad, se muestra en esta película como una entidad que aplica con doble rasero: mientras algunos son juzgados con el peso total de la justicia, otros son favorecidos por la misma. Es aquí donde Farrucci da un golpe directo, una crítica feroz que resuena con situaciones actuales, como lo que sucede en Brasil, donde las redes sociales son censuradas para proteger a ciertos individuos. En “El Mohicano”, las redes sociales emergen como la última trinchera de la libertad de expresión, una herramienta que los ciudadanos utilizan para decir lo que los medios tradicionales, atados de manos, no pueden o no quieren decir.
La elección de Córcega no es casual. Esta isla, con su historia de conflictos y su reputación de ser un territorio donde la ley a menudo se dobla bajo la presión de las mafias locales, se convierte en un espejo de otros lugares en Europa. Farrucci nos recuerda con maestría que, aunque estemos en el corazón de Europa, la impunidad sigue siendo un veneno que se esparce, fortaleciéndose en regiones donde una minoría ruidosa y violenta somete a la mayoría que no comparte sus opiniones. Este miedo que se respira en Córcega es similar al que se vivía en el País Vasco español en los años 90, un miedo que paraliza y que obliga a los ciudadanos a mantenerse en silencio.
En medio de este panorama sombrío, Alexis Manenti brilla con luz propia. Su interpretación de Joseph es una de las razones por las cuales “El Mohicano” se eleva por encima de otras películas del año, tomando el relevo de actor indispensable que en 2022 fue Karim Leklou para “Pour la France”. Manenti, a quien ya hemos visto en obras como “Les Misérables” y “Athena”, logra transmitir de manera magistral el agotamiento físico y emocional de un hombre que ha estado huyendo de la mafia. La escena en la que, recién operado, se reúne con un grupo de granjeros es una muestra sublime de su capacidad actoral. Su rostro, marcado por la fatiga y la desesperanza, nos hace dudar junto a él si finalmente se rendirá.
“El Mohicano” es una obra que destaca en el panorama cinematográfico francés por su valentía al denunciar y por la profundidad con la que aborda temas necesarios de discutir.