“Mon Inséparable”, el primer largometraje de la directora francesa Anne-Sophie Bailly, se destaca como una de las obras más conmovedoras presentadas en la sección Orizzonti del Festival de Cine de Venecia 2024. Este film explora la complejidad de criar a un hijo con discapacidad intelectual, abordando con delicadeza y sin caer en sentimentalismos excesivos, los desafíos y las profundas emociones que enfrentan las familias en esta situación.
La historia gira en torno a Mona (interpretada magistralmente por Laure Calamy), una esteticista que se enfrenta a un shock emocional cuando descubre que su hijo Joël (Charles Peccia Galletto), quien ha vivido con un retraso intelectual desde su nacimiento, ha dejado embarazada a Océane (Julie Froger), una joven con una discapacidad similar que trabaja en el mismo centro especializado que él. Este evento sacude no solo a Mona, sino también a los padres de Océane, especialmente a su padre, quien cuestiona vehementemente si su hija tenía la capacidad de consentir la relación.
Bailly construye un relato que, si bien tiene todos los elementos para ser melodramático, elige en su lugar un enfoque contenido y respetuoso. Mona, atrapada entre su instinto maternal, la voluntad inquebrantable de su hijo de ser padre y su propio deseo de vivir una vida plena, se ve rápidamente superada por las circunstancias. La complejidad de este dilema se refleja en cada gesto y palabra de Mona, interpretada con una energía contenida pero potente por Calamy.
El guion de Bailly es simple, pero eficaz. La directora, quien también escribió el guion, logra capturar con gran precisión la vida de una madre que ha dedicado todo a su hijo, pero que ahora se enfrenta a la posibilidad de perderlo en su proceso de emancipación. Este es un tema que rara vez se explora en el cine, y Bailly lo aborda con una humanidad que evita el discurso moralista, permitiendo al espectador reflexionar sobre las implicaciones de estos eventos sin imponer juicios.
Una de las mayores fortalezas de “Mon Inséparable” radica en su capacidad para representar algo que no está establecido como normal de una manera que desafía las expectativas del público, formando parte de un grupo de películas que se han visto recientemente en Francia como són “Hors normes” o “Presque”, en España el símil podría ser “Campeones”, con su versión en Estados Unidos llamada “Champions”, aunque en estas dos últimas el humor es el nexo principal, un poco como le ocurre a “Intouchables”. La película de Bailly no se trata únicamente de la discapacidad de Joël, sino de cómo esta afecta a todos los que lo rodean, especialmente a Mona. La relación madre-hijo, cargada de amor pero también de frustración y cansancio, se convierte en el eje sobre el cual gira la narrativa, mostrando cómo Mona ha sacrificado su propia vida en función de las necesidades de Joël.
El enfoque visual de Bailly refuerza este relato. La dirección evita cualquier extravagancia innecesaria, optando por una representación más simple que permite a las emociones surgir de manera orgánica. Las escenas íntimas, filmadas con una suavidad que capta tanto la ternura como la tensión, exacerban el deseo de emancipación de los personajes. Este es un film profundamente terrenal, que se ocupa de un tema complejo con una sensibilidad rara vez vista en el cine.
Laure Calamy ofrece una actuación que es, sin lugar a dudas, una de las mejores del 2024. Su interpretación de Mona es tan real y palpable que es difícil discernir entre la actriz y el personaje. Calamy captura con exquisita precisión la contradicción entre el amor incondicional de una madre y el agotamiento acumulado por años de sacrificios. Es en estos momentos donde la actuación de Calamy brilla con mayor intensidad, ofreciendo una de las interpretaciones más sinceras y conmovedoras del año.