Por una ceguera que crecía, Jorge Luis Borges dejó de leer en 1955, de modo que conoció la obra de Gabriel García Márquez gracias a la lectura de los amigos que lo visitaban.
Me refiero a Jorge Luis Borges en esta nota porque era un argentino que no regalaba aplausos. Sin embargo, en aquella famosa entrevista que César Hildebrandt le hace en diciembre de 1978, Borges dijo que García Márquez era un gran escritor.
En 1978 brillaban ya Vargas Llosa y Cortázar, pero Borges no había leído al primero o no le interesó leerlo en serio y de Cortázar decía que se había perdido en juegos formales. Pero elogió al hijo predilecto de Aracataca.
Gabriel García Márquez es un poeta cuya máxima virtud es contar historias. Es como Juan Rulfo; pero excesivo, exuberante, profuso como un baile de vallenato de tres días. Es el cantor de América Latina.
El 6 de marzo de 1927, en Aracataca, nació el genio más tímido, más tierno, más humano del mundo: Gabriel García Márquez. Trabajó sin sosiego, en horas interminables, para ayudar al mundo a soportar la tristeza y la soledad.