La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) confirmó que la final única de la Copa Libertadores 2025 se disputará el 29 de noviembre en Lima, según anunció el presidente del organismo, Alejandro Domínguez, a través de una publicación en redes sociales.
El anuncio se realizó tras una reunión entre Domínguez y la presidenta, Dina Boluarte, en Palacio de Gobierno, donde ambas autoridades destacaron la importancia del evento para el país.
Boluarte afirmó que la designación de Lima como sede “ratifica a nuestro país como uno de los destinos deportivos más atractivos del continente” y aseguró que el gobierno brindará las garantías para el éxito del certamen.
El presidente de Conmebol señaló que Lima acogerá “la fiesta deportiva más grande que tiene el fútbol sudamericano” y recordó que la final será retransmitida a 195 países, con una audiencia potencial de 5.000 millones de personas.
Aunque la organización no ha confirmado oficialmente el recinto que albergará el partido decisivo, el Estadio Monumental, con capacidad para más de 80.000 espectadores y sede de Universitario de Deportes, es el principal candidato. Precisamente, esta mañana Domínguez lo visitó.
Otra de las opciones, sin embargo, es el Estadio Nacional, aunque cuenta con una capacidad mucho menor: 43.000 asistentes, casi la mitad de lo que ofrece el estadio crema.
El Monumental ya fue escenario de la final de la Libertadores en 2019, cuando Flamengo derrotó 2-1 a River Plate con dos goles de Gabriel Barbosa en los minutos finales. En esa ocasión, Lima fue elegida de emergencia tras la crisis política en Chile, sede originalmente designada para el partido definitorio.
Además, el estadio recibió recientemente partidos de la actual edición del torneo continental, incluido el debut de River Plate ante Universitario.
Desde 2019, la Conmebol implementó el formato de final única en sede neutral para decidir al campeón de la Copa Libertadores, siguiendo el modelo de la Liga de Campeones de Europa. Las ciudades que han albergado finales bajo este sistema son Lima (2019), Río de Janeiro (2020 y 2023), Montevideo (2021), Guayaquil (2022) y Buenos Aires (2024).
Domínguez recordó que la organización de la final genera un importante impacto económico en la ciudad anfitriona. Según el presidente de la Conmebol, Lima obtuvo un beneficio de 60 millones de dólares en 2019, mientras que Buenos Aires alcanzó los 80 millones en la edición pasada.
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