En 2015, los países desarrollados, se comprometieron a realizar, a partir del 2020, un aporte anual de 100.000 millones de dólares en carácter de ayuda para que los países pobres puedan enfrentar el aparentemente indetenible calentamiento global.
Durante las actuales negociaciones en Bangkok previa a la próxima Conferencia sobre el clima de las Naciones Unidas, la ONG Corporate Accountability (Boston, Estados Unidos) señaló que los países ricos están tratando de evadir su responsabilidad histórica por el cambio climático.
Declaró la mencionada ONG a la Agencia EFE "que las delegaciones de los países desarrollados y la Unión Europea están abogando por potenciar el llamado comercio de derechos de emisión (de gases de efecto invernadero), por el que empresas y naciones pueden comprar bonos o créditos de carbono que les permitan contaminar."
De ese modo los opulentos líderes financieros y tecnológicos del planeta no se verán obligados a recortar su envenenada agresión al mismo y podrán continuar su macabra marcha al abismo con una conciencia aparentemente satisfecha.
Los bonos o créditos de carbono son vendidos por países y empresas que emiten menos gases del límite que se les impone, lo que generalmente ocurre en países en desarrollo.
La ONG Corporate Accountability ha forzado a algunas de las corporaciones transnacionales más poderosas a detener sus prácticas abusivas. Por ejemplo, Nestlé cambió radicalmente la forma en que promovía sus productos de fórmula infantil en países del Sur Global y la compañía General Electric se alejó del negocio de la compra-venta de armas nucleares.
Su misión, como las de muchas otras ONG, a menudo demonizadas o ninguneadas por potentes grupos económicos, es tratar de detener "la destrucción de nuestra salud, nuestros derechos, la democracia y el planeta".
En la Conferencia de Bangkok, que acaba de concluir, participaron más de 1.400 delegados de 182 países y la Unión Europea y 568 participantes de ONG y diferentes agencias. El objetivo era aprobar un documento en defensa de la vida, para que sea discutido en la próxima Cumbre del Clima (COP 24) que se celebrará en Katowice (Polonia) en diciembre.
Curiosamente en el campo más sensible a los intereses del conjunto de la humanidad, es donde más lento, intrincado y farragoso se presenta el camino. La respuesta es simple: todo lo que allí ocurre afecta intereses económicos tan poderosos como influyentes.