El papa Francisco falleció este lunes a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta. El pontífice argentino, cuyo nombre de nacimiento era Jorge Mario Bergoglio, será recordado como el hombre que impulsó una gran serie de reformas que redefinieron la historia reciente de la Iglesia Católica, apostando por la apertura, la transparencia y la inclusión.
Sencillez y humildad
Entre sus decisiones más emblemáticas se destacó la simplificación de los rituales funerarios papales, una modificación aprobada en noviembre de 2024 que eliminó la tradición de los tres ataúdes y permitió la inhumación fuera de la Basílica de San Pedro, reflejando su visión de una Iglesia más austera y cercana al pueblo. Precisamente, el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas, afirmó que el nuevo ritual buscó subrayar el papel pastoral del pontífice, alejándose de la imagen de poder terrenal.
En materia de igualdad, Francisco marcó un hito al nombrar a la monja italiana Simona Brambilla como prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica en enero de 2025, siendo la primera mujer en liderar un organismo vaticano de tal envergadura. El Vaticano confirmó el carácter histórico de este nombramiento, en línea con la política del Papa de dar a las mujeres mayor protagonismo en la Curia. Además, durante su pontificado, otras mujeres accedieron a cargos de alto nivel, como la francesa Nathalie Becquart, primera mujer con derecho a voto en un sínodo de obispos.
Reforma vaticana
La transparencia financiera fue otro de los ejes de su gestión. En 2014, Francisco creó la Secretaría para la Economía y, en 2021, emitió un decreto que exigió a los altos cargos del Vaticano declarar que no poseían activos en paraísos fiscales ni antecedentes de corrupción. Estas medidas respondieron a los escándalos financieros que afectaron a la Santa Sede y buscaron prevenir conflictos de interés y malas prácticas, alineando al Vaticano con estándares internacionales de transparencia. El Papa también impulsó auditorías externas y la centralización de las finanzas vaticanas para fortalecer el control y la rendición de cuentas.
La reforma de la Curia Romana se consolidó con la constitución Praedicate Evangelium en 2022, que reorganizó los dicasterios vaticanos, redujo estructuras burocráticas y fomentó la colaboración entre organismos. Francisco defendió que el poder en la Iglesia debía entenderse como servicio, no como privilegio.
Francisco también reformó la relación de la Iglesia con el Opus Dei mediante el motu proprio Ad charisma tuendum, promulgado en 2022. La prelatura pasó a depender del Dicasterio para el Clero y el prelado dejó de recibir la dignidad episcopal, una decisión que, según el Vaticano, buscó reforzar el carisma fundacional y limitar la centralización del poder.
Tolerancia cero frente a los abusos sexuales
En la lucha contra los abusos sexuales, Francisco enfrentó uno de los mayores desafíos de la Iglesia. Tras reconocer errores en la gestión de casos en Chile en 2018, convocó a todos los obispos chilenos a Roma, quienes presentaron su renuncia en bloque. El Papa retiró el título cardenalicio a Theodore McCarrick, acusado de abusos, y en 2019 celebró una cumbre inédita con víctimas en el Vaticano, comprometiéndose a una “batalla total” contra el encubrimiento. En nuestro país, Francisco ordenó la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana, que se concretó oficialmente hace pocos días.
Entre las reformas implementadas, destacó la obligatoriedad de denunciar sospechas de abuso y la apertura de archivos a tribunales laicos, aunque organizaciones de víctimas consideraron que las medidas aún resultaban insuficientes.
Compromiso ecológico, inclusión y apertura
El compromiso ecológico de Francisco fue otro de los rasgos distintivos de su pontificado. En la encíclica Laudato si’ de 2015 y la exhortación Laudate Deum de 2023, el Papa instó a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes ante la crisis climática, condenando la explotación indiscriminada de los recursos naturales y la “cultura del descarte”. En mayo de 2024, reiteró la necesidad de un cambio político global para combatir el calentamiento global y la desigualdad, subrayando que los países más pobres sufren las peores consecuencias de la crisis ambiental.
En cuanto a la inclusión, el Papa permitió en diciembre de 2023 que los sacerdotes pudieran bendecir a parejas en situaciones irregulares y del mismo sexo, siempre que no se confundiera con el sacramento del matrimonio. El Vaticano aclaró que estas bendiciones debían ser espontáneas y pastorales, en un gesto que fue recibido con entusiasmo por sectores progresistas y críticas de los más conservadores.
Cercanía y fraternidad
En el ámbito del diálogo interreligioso, Francisco promovió el acercamiento con otras confesiones, firmando en 2019 el Documento sobre la Fraternidad Humana junto al gran imán de Al-Azhar y manteniendo encuentros históricos con líderes judíos, musulmanes y ortodoxos.
El estilo personal del Papa también se reflejó en su vida cotidiana: renunció a los lujos del Palacio Apostólico para residir en la Casa de Santa Marta, optó por vestimentas sencillas y vehículos modestos, y eliminó gestos protocolarios como el beso del anillo papal, consolidando una imagen de cercanía y humildad que marcó su pontificado.
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