Foto de portada: Cristhian Rojas
Miércoles 1 de julio. Día 1 de la "nueva normalidad". Con una cuarentena sin efecto, salvo en siete regiones, el Perú volvió a esa vida cotidiana que había quedado en el olvido después del 15 de marzo, cuando se declaró el estado de emergencia.
El coronavirus no se levantó y por el contrario sigue infectando. Hasta este miércoles 1 ya son 288.477 los casos confirmados: 3.264 más que ayer.
Pese a que la emergencia no está controlada, el Gobierno dispuso que se reinicie casi el 100% de las actividades económicas exponiendo una vez más la vida de los ciudadanos.
Y lo que se alertaba desde el viernes que se conoció la medida, terminó sucediendo. Las personas se volcaron a la calles y no importaron mucho las medidas de seguridad ni los 3 meses encerrados. Los paraderos colapsados, los mercados abarrotados, las personas sin -al menos- medio metro de distancia, unos cuantos accidentes de tránsito y poco control policial fueron solo algunas de las lamentables situaciones que se viven en el día 1.
Mientras Arequipa con 7.234 casos, Ica con 7.727, Junín con 3.996, Huánuco con 2.466, San Martín con 5.076, Madre de Dios con 1.987 y Áncash con 8.130 continuarán en cuarentena, Lima y Callao con 159.403 y 18.155 casos, respectivamente, disfrutarán desde hoy de una cuestionada y descontrolada libertad.
El presidente Vizcarra y el ministro de Salud saben en el fondo que esto es un tremendo error. El primero llama a la conciencia de cada ciudadano y el segundo dice que el Gobierno está preparado para un rebrote de coronavirus. Es lo que buscan.