El JNE es amenazado por el congresista Mauricio Mulder, quien tiene una cuota de poder de peso en el Congreso, alineado a los caprichos de la Señora K. La alianza entre curules APRA-Fuerza Popular no es un secreto. Rosa María Bartra liberó de acusaciones en la Comisión Lava Jato a Alan García; la de apariencia angelical pero con manos escamosas sustituyó documentos (denuncia de la revista “Hildebrandt en sus Trece”).
Los dos partidos hermanitos afines a la protección de Pedro Chávarry, nunca mejor sellados en uno – acuérdense que Mulder almorzaba con Hinostroza, el sindicado jefe de los Cuellos Blancos. Pero ¿Por qué pierde los papeles con estas lamentables declaraciones amenazando a un organismo que es el pilar para elegir autoridades? Según él, el JNE anuló candidaturas de la estrella de Alfonso Ugarte. Pero hay otra lectura de esta furia. El jefe político Alan García patea sillas y mesas debido al clic de Martín Vizcarra con la gente. La pregunta medular número tres que aparecerá en el Referéndum
“¿Aprueba la reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de parlamentarios de la República?” y la inminente aceptación del pueblo para el sí, sería un duro golpe a la impunidad momentánea de Alan, quien siempre ha sido blindado por actores desde el Congreso en tenis de mesa con el poder Judicial y el Ejecutivo: repartijas y nudos de intereses para el flotador de García. El escudero fiel y efectivo se irá a casa terminado este período legislativo a rellenar crucigramas y repasar la historia del comando Rodrigo Franco. Alan histérico, se le va su mejor alfil mediático. Ahora ya se entiende por qué el escudero mayor de AG está desesperado.