Ha resultado abrumador el triunfo previsible de Claudia Sheinbaum, quien tiene un doctorado en física y fructíferas estancias académicas en California y Berkeley. Está dotada de una amplia experiencia política y es integrante de un nutrido cuadro profesional de la exitosa gestión púbica mexicana. Es un parangón que merece tenerse en cuenta en el momento de ascenso de la ultraderecha.
Andrés López Obrador, el presidente mexicano saliente, ha hecho sin duda una labor fructífera y superior a sus predecesores del PRI. Ha contribuido decisivamente a poner los cimientos de un país moderno de cara al futuro para enfrentar con éxito los vaivenes y retrocesos de los movimientos progresistas de América. Los resultados electorales mexicanas permiten valorar las acciones políticas que permitan una mirada al futuro.
En doscientos años de independencia es el acceso de la primera mujer a la presidencia, con lo que el partido político de López Obrador continuará asegurando el crecimiento y desarrollo del país hermano puesto que le será posible un desarrollo sostenido futuro: apuntalar con vigor el liderazgo Latinoamericano.
Es bueno saber que México es uno de los cuatro países latinoamericanos más extensos entre Brasil, Argentina y Perú. México cuenta con una industria en desarrollo, una biodiversidad potente, universidades líderes como UNAM y el Instituto Tecnológico de Monterrey que hacen notar sus logros en investigación científica y tecnológica y para no sumar una lista baste citar su industria editorial que alimenta de referencias a esta parte del continente.
Debe llamar la atención que una mujer con una impecable formación científica y una experiencia en gestión pública asuma la conducción de las decisiones al más alto nivel. Tomando en cuenta los cambios geopolíticos que se tornarán críticos con dos guerras en dos escenarios geopolíticos importantes, más todavía cando Norteamérica financia y sostiene las guerras escenarios estratégicos. Concentrada ahora en asistir financiera, armamentística y militarmente a Israel y Ucrania.
¿Existen algunas lecciones que extraer de este proceso político? Se abren posibilidades para diseñar y hacer política poniendo el énfasis en la renovación cuadros y estrategias que encaren a las exigencias de la pobreza y de la corrupción.
1. Una necesaria revisión cualitativa y cuantitativa de las posibilidades de los países latinoamericanos para sacar lecciones que permitan frenar el deterioro imparable de las organizaciones públicas convertidas en cueva de pillos, saqueadores e insensibles frente al dolor que causa la pobreza y a la corrupción. instados.
2. Responder en la práctica algunas preguntas urgentes como ¿Es imposible organizar una prensa que le de voz a los excluidos, marginados y carentes de apoyo moral, emocional e intelectual? ¿Aún existe la posibilidad de volver a las semillas de las organizaciones que piensen y desarrollen ideas y proyectos capaces de generar nuevas organizaciones? ¿Es posible pensar las futuras elecciones en función del país?
3. La lección de México puede permitirnos pensar el rol de la mujer en política y su dosis de perseverancia. En el papel de los movimientos progresistas en una época del despertar voraz de la derecha. En el rol de las nuevas hornadas de jóvenes comprometidos con la ciencia y la sociedad.
4. Acontecimientos como el de México son oportunidades para repensar y hacer política con renovado optimismo, pero, eso sí pertrechados de nuevas herramientas conceptuales y teóricas que permitan explicar y realizar acciones promisorias.