Le dije: Fíjate que Keiko tiene casi todos los medios de comunicación comprados sin ser presidenta. Imagínate cuando lo sea. Ella tiene en este momento el poder en el Congreso, que ha creado una cuarta legislatura, ¿para qué? Si gana, tendrá el poder absoluto en Palacio de Gobierno y el Congreso y querrá quedarse muchos años como su padre. Esto es fijo. Vargas Llosa lo sabe. Si gana Castillo, el Congreso podrá frenarlo si es necesario.
Le dije: Que Castillo es comunista es un cuentazo. Él es profesor, es sindicalista y militó muchos años en Perú Posible. Cerrón está condenado, sí; pero es uno y ya no está cerca de Castillo. En el fujimorismo hay más de 100 condenados por delitos de todo tipo. Además, Fujimori será indultado por Keiko y Montesinos volverá a actuar. ¿Crees que no?
El indeciso me escuchaba. Yo seguía: Fíjate, la Fiscalía ha pedido 30 años de cárcel para Keiko. A PPK y Vizcarra los sacaron por mucho menos. Con Keiko la lucha contra la corrupción será enterrada. Yo no creo que Castillo haga un gran gobierno. Tiene todo en su contra. Tal vez se parezca en varios aspectos a los gobiernos de Humala o Toledo. No sé. Pero con Keiko creo este país será un narcoestado como en los tiempos de su padre. Tal vez, crees que exagero; pero usted tiene que saber que han encontrado 100 kilos de cocaína en un almacén vinculado a Kenji y en el 2016 la DEA reveló que investiga a Joaquín Ramírez, quien era el financista de Keiko; y el avión presidencial en tiempos de su padre llevaba cocaína y la verdadera reina del sur dijo que….
«¿Qué debo hacer?», me preguntó. «Piénsalo bonito y marca el lapicito», le contesté.