En días normales regreso a casa a las 11 o las 12 de noche; pero esta noche salgo como a esas horas en plena cuarentena. Bravo, yo. Las calles de Pueblo Libre están tan vacías y silenciosas que puedo escuchar hasta mi respiración. A los lejos, se oye el motor de un carro, el sonido de una ambulancia, el altavoz de algún policía, el arranque de una tanqueta militar. El silencio te deja escuchar mucho.
Observo no muy lejos de casa: en una de las seis islas de un grifo, alguien duerme; en un parque, una joven espera a su mascota deshacerse del almuerzo. Veo muchos serenos en bicicleta, veo que me miraban desde las ventanas. También veo que un joven entrega comida en una bolsa a los soldados que cuidaban el cumplimiento del estado de emergencia. Bien, digo; y me lleno de rabia al recordar que Cineplanet despidió a los trabajadores para no pagar salarios en tiempos de cuarentena y luego se lavó las manos como Pilatos; y mejora mi estado de ánimo al recordar las buenas acciones de la panadería San Antonio de Miraflores: ayuda a los trabajadores, cumple con pagarles sueldo y utilidades. Así ganamos todos.
Camino y vuelve mi rabia contra Cineplanet y de pronto veo a un joven con mascarilla. Se acerca a mí. Lleva una bolsa grande con alimentos. "¿Y eso?", pregunto. "Es para los señoras que limpian", contesta y sigue su camino. Me alegro y ya es hora de volver a casa. Sé que muchos ayudan en estos días de cuarentena: "Norky's" ha obsequiado pollos a la brasa a los bomberos, "La Lucha" también se pone la camiseta, hay tiendas que entregan víveres a los que sí tienen que trabajar, también valen los aplausos desde las ventanas para todo el que ayuda, valen un Perú esos jóvenes que se apuntan para ayudar hacer las compras a los viejitos, velen los comerciantes que no suben los precios de sus productos.
La competencia es buena; pero la solidaridad es mejor. La solidaridad, esa actitud humana hacia el prójimo en beneficio de todos, nos está ayudando a combatir el coronavirus. Seguirá ayudando. Hay que ir aprendiendo que la solidaridad en tiempos malos es muy buena y que, en tiempos buenos, sería mejor. Entiende y no pienses con el bolsillo. En tiempos malos, hay que aprender cosas buenas. Tenemos que vencer al coronavirus, pero también a Cineplanet.