¿Sabías que la campaña del actual presidente de Colombia también se basó en el 'terruqueo' y el financiamiento de gigantescos carteles en la vía pública con mensajes de miedo contra su entonces rival de la izquierda colombiana?
Así llegó al gobierno Duque, el discípulo político de Uribe quien apoya a Keiko. Con las mismas patrañas y tácticas de la señora K; vociferando que defender el modelo era defender la democracia y el país, cuando en verdad lo único que ha demostrado proteger ha sido a la minoría colombiana que concentra el poder.
Mientras que el pueblo colocho, afectado cada vez más por la desigualdad social, se convocó en legítima protesta contra una reforma tributaria que recae sobre los más desfavorecidos y beneficia a las grandes empresas, recibiendo balas de esa derecha bruta que ya vivimos con Merino y que es lo que nos espera con Keiko y su "mano dura".
La masacre que se vive en Colombia va dejando al menos 19 asesinados, más de 800 heridos, casi cien desaparecidos y cerca de medio millar de detenidos; lo que ya es de preocupación internacional. Sin embargo, aquí, la concentración de medios no informa sobre este atropello contra los derechos humanos. Y mucho menos le preguntan a Keiko sobre Colombia, como le preguntaban a Verónika por Venezuela; y es que aquí hacer 'analogías' ya no les es conveniente. Por eso guardan silencio cómplice, como en la dictadura de Alberto y como sería en un nuevo gobierno Fujimori.
Colombia, gran exponente del modelo neoliberal en Latinoamérica que mantiene los privilegios de los más ricos y agudiza las condiciones de los más pobres, va a quedar chica si permitimos que Keiko entre a palacio de gobierno. Y es que Keiko no va a ser igual que Duque, Keiko va a ser peor. ¡Peor!