La anulación del indulto a Fujimori puede leerse también como la última batalla ganada por Keiko contra su hermano Kenji, el principal operador para que PPK sacara a su padre de cárcel con las mañas más bajas.
El indulto ilegal de Fujimori fue en su momento una victoria política de Kenji dentro del fujimorismo que se partía. Este triunfo de Kenji, poco a poco, Keiko lo fue tumbando incluso usando a Mamanis y otros congresistas que ahora se alistan para la pelean contra kenjismo.
La parlamentaria kenjista Maritza García tiene razón. Dijo ayer que los de Fuerza Popular fueron los primeros en atacar el indulto y eso está probado.
"A mí no me queda duda de que Keiko Fujimori busca victimizarse para que ella quede como la que lideró la liberación de su padre", dijo la kenjista.
Kenji, casi derrotado, aseguró en su momento que si regresaban a la cárcel a su padre jamás se lo iba a perdonar a Fuerza Popular, y anoche dijo que no se quedará de brazos cruzados.
Keiko intentó ayer por primera vez llorar en pantalla y alguien escribió: "Las lágrimas del señor Cocodrilo son más auténticas que las de ‘La Señora K’".
Se acerca una nueva oportunidad política para Kenji, quien había sido expulsado de la palestra por su hermana y estaba tranquilo reflexionando y vendiendo huevos.
Ahora él volverá a la política porque realmente el único hijo que se pone la camiseta de Alberto Fujimori es Kenji. Es cierto: Keiko y los otros bailan en sus fiestas particulares.