Claro que sí. Lo que sucedió la semana pasada en Argentina fue un papelón. Que si se juega o no la final. Que si los de Boca provocaron a los de River. Que si Pablo Pérez se lesionó realmente el ojo o no. Sí, fue una vergüenza; pero nadie habla de lo que le hicieron a Pérez. No a Pablo sino a Lucía.
En el 2016, Lucía Pérez tenía 16 años de edad y muchos sueños por cumplir hasta que Alejandro Maciel, Matías Farías y Juan Pablo Offidani la violaron vaginal y analmente no solo con el pene, también con un palo. La menor murió y para ocultar su crimen, los malnacidos la bañaron y la llevaron al hospital argumentando que habría sufrido una sobredosis; pero la autopsia terminó revelando lo que realmente pasó con ella.
Esta semana la "justicia" argentina declaró que la muerte no fue un feminicidio. Para el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Mar del Plata, "todo fue perfectamente querido y consentido". ¿La justificación? Unas declaraciones de los peritos que señalaron que Lucía no presentaban signos de haber sido violada. Claro, a ella previamente la habían drogado con marihuana y cocaína, como se demostró en el juicio. ¿Cómo podría haber sido consciente de lo que pasaba? Eso no es todo.
Los jueces, basándose en los mensajes del celular de la víctima, determinaron que ella "tenía relaciones sexuales con quien y cuando quería"; por esto, se apoyan en negar que se haya producido una violación. ¿Cree que es todo? No. Los jueces se basaron en el espantoso trabajo de la fiscal María Isabel Sánchez para dictar su sentencia porque "no fue a ningún allanamiento, no fue a la autopsia y se fue de vacaciones a los pocos días de promocionar el caso".
Indigna, ¿verdad? Aún falta lo peor. Maciel fue absuelto mientras que Farías y Offidani fueron condenados a 8 años de prisión pero no por matar a Lucía. Los encarcelaron por vender drogas.
Lo que pasó con la final entre River y Boca es cualquier cosa. Para la "justicia" argentina, Lucía murió por su culpa y esto sí que es un papelón internacional.
Por: Alejandro Alba