Los trabajadores de la construcción laboran esforzadamente en las obras para alcanzar la meta de construir la infraestructura en los plazos previstos y con la calidad adecuada.
A la par de estas labores loables, sin embargo, hay circunstancias que afectan la salud de los trabajadores. Una de ellas es el peso excesivo de carga en el trabajo que provoca lesiones que degeneran los músculos, tendones, articulaciones, ligamentos, nervios y huesos de los obreros, por lo cual las mismas empresas que generaron su enfermedad ocupacional no los contratan porque no pasan luego el examen médico correspondiente.
Por ello, la Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú (FTCCP) ha organizado la “Campaña 25 kilos, ¡no más!” que propone que las bolsas de cemento en las obras de infraestructura de los Juegos Panamericanos Lima 2019 no excedan ese peso, cuyo lanzamiento se ha realizado del 5 al 6 de setiembre en la sede limeña de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La actividad contó con el respaldo de la organización sindical de la construcción más grande del mundo, la Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM, BWI por sus siglas en inglés), y la participación de representantes sindicales del SUNCA de Uruguay, SUNTRACS de Panamá, UOCRA de Argentina, SINTEC de Chile, entre otros. Con ella se inicia una campaña avalada por la razón, la ley peruana y tratados internacionales, que se concretará en el expendio de bolsas de cemento que no superen los 25 kilos de peso, en aras de la salud de los trabajadores.
Dos presencias resaltaron políticamente en este encuentro laboral: Óscar Andrade, secretario general del SUNCA, exdiputado y precandidato en las primarias presidenciales en su país, y Jaime Caballero, subsecretario general del SUNTRACS.
El SUNCA y SUNTRACS intervienen directamente en política activa pues sus banderas de lucha no son solo mejoras salariales o laborales, sino la consecución de una sociedad justa donde la gente no muera de hambre, frío o enfermedades curables, es decir de pobreza, sino una sociedad que venza las injusticias mortales a través de una justa distribución de la riqueza.
Esa es la elevada meta social de los trabajadores en el Perú y el mundo.