El presidente de la república, Pedro Castillo, participó este sábado en la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en México, como parte de la gira internacional por dicho país y Estados Unidos que realizará del 17 al 22 de septiembre.
Tras cinco años de cese, los mandatarios la región se volvieron a reunir para fomentar la integración y la autodeterminación de los pueblos, mediante la cooperación y la ayuda mutua. En el Perú, mientras tanto, la evaluación de cambios de ministros y los nombramientos cuestionados en puestos importantes, como el del jefe de Indecopi, han sido relegados hasta el retorno del presidente.
La gira de cinco días de Castillo tiene como fin promover el ámbito multilateral, la lucha contra la pandemia e impulsar la reactivación económica.
El último viernes, él y su delegación, incluida la primera dama Lilia Paredes, llegaron a suelo mexicano alrededor de la 1 de la tarde y fueron recibidos por el secretario general de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, y la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
Ya en México, Castillo anunció en Twitter que la cumbre de la CELAC sería histórica. La agenda presidencial de este sábado estuvo bastante cargada y empezó a las 7:30 de la mañana, cuando asistió al Palacio Nacional, lugar en que se realizaría la sesión inaugural de la CELAC.
El evento se extendió hasta cerca de la 1 de la tarde. El mandatario inició su discurso saludando en nombre de los pueblos quechuas, aimaras, awajún, konibo, shipibos, así “como de los hombres y mujeres que nunca han tenido voz en la patria”.
Durante su intervención en la mencionada cumbre, el jefe de Estado mencionó que “hay que luchar por la protección de los derechos humanos, las libertades de todas las personas la igualdad de género, el respeto a los pueblos originarios y afrodescendientes”. Allí, rodeado de representantes de 33 países, Castillo llevó un mensaje de integración y de apertura al diálogo. “Unidos, todo; desunidos, nada”, remarcó.
Insistió además en que la integración de Latinoamérica y el Caribe debe ser “tarea permanente (…) para que, de una vez, cumplamos con atender las grandes necesidades por encima de comprensibles y naturales diferencias ideológicas y políticas”.
Aprovechó para citar a José Carlos Mariátegui, uno de los más importantes pensadores peruanos. “Emanciparnos de la pobreza no era tarea de carácter nacional, sino internacional”, dijo e instó a sus homólogos a “pasar de los discursos a la acción”.
Lo siguiente en agenda de Castillo fue la reunión con Alicia Bárcena, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Y a las 4:30, se reunió con Luis Arce, su homólogo de Bolivia.
Alrededor de las 5:30 de la tarde, Castillo llegó al Museo Nacional de Antropología de México, para asistir a la inauguración de la exposición iconográfica de Guamán Poma de Ayala que lleva el nombre de “Camina el autor: Dibujos de la nueva crónica de Felipe Guamán Poma de Ayala”.
El domingo 19 de septiembre, por la mañana, el mandatario partirá a Washington D. C., capital de los Estados Unidos, junto a su comitiva: los ministros Oscar Maúrtua (Relaciones Exteriores), Pedro Francke (Economía y Finanzas), Roberto Sánchez (Comercio Exterior y Turismo) y Hernando Cevallos (Salud). En Washington todo ellos serán recibidos por los representantes de la comunidad peruana en dicho país.
Al siguiente día, el lunes 20 de septiembre, junto a Óscar Maúrtua, Castillo participará en la sesión del Consejo Permanente de la OEA en Washington D.C. Allí mismo, se reunirá con la directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa F. Etienne, y con los empresarios peruanos y estadounidenses de la American Chamber of Commerce (AmCham).
Para cerrar el lunes, el jefe de Estado será recibido por el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en Nueva York y se reunirá con el Consejo Presidencial Andino.
El martes 21 de septiembre, Castillo se reunirá con David Malpass, presidente del Banco Mundial (BM), y con Kristalina Gueorguieva, directora del Fondo Monetario Internacional.
El miércoles 22, por la mañana, Castillo y toda su comitiva volverán al Perú.
Resuena la frase con que cerró Castillo su intervención en la CELAC. “Es tiempo de pasar de los discursos a la acción”. Ocurre que él mismo, después de casi dos meses de gestión, parece no haber podido despojarse del mero discurso. Y es que, el presidente dejó el Perú justo cuando las críticas a miembros de su gabinete ministerial y a los últimos nombramientos, como el del jefe de Indecopi, son ya incontenibles.
Lo más notorio y preocupante son las denuncias por la presunta participación en ataques terroristas de Íber Maraví y su permanencia a pesar de que el premier Guido Bellido hace ya casi un mes le recomendó que renunciara. Maraví tiene el respaldo total de Castillo. Se arrimó a ese tronco de confianza para no ser extirpado del gabinete.
Maraví, después de haber puesto su cargo a disposición del presidente de la república, ha rechazado todas las imputaciones y se ha acogido al derecho a presunción de inocencia. Con respecto a su posible implicancia en actos terroristas perpetrados en 1980 y 1981, el Congreso ha decidido interpelarlo por iniciativa de dos bancadas opositoras al Gobierno: Renovación Popular y Avanza País.
Con 81 votos a favor, 32 en contra y 2 abstenciones se aprobó la moción de interpelación presentada por Jorge Montoya, vocero de Renovación Popular. La citación es para el jueves 30 de septiembre.
Que el Congreso sea quien determine destituir a Maraví sería una completa demostración de la incapacidad del Ejecutivo para resolver los problemas internos. Hasta ahora, por ejemplo, no manejaron nada bien la papa caliente de la muerte del terrorista, miserable mayor, Abimael Guzmán.
En la edición del viernes 17, el semanario “Hildebrandt en sus trece”, explica que Castillo está evaluando realizar los cambios correspondientes en el gabinete ministerial, después de una “evaluación interna”.
Sería oportuno que, como se desliza en el informe, el presidente decida adelantar dicha evaluación y retire a los ministros más cuestionados, en cuanto regrese de su gira internacional, el 22 de septiembre. En lugar de hacerlo recién en octubre, cuando se cumplan tres meses de gestión, como era el plan inicial.
En cuanto vuelva, el presidente de la república debe poner las cosas en orden y enmendar los garrafales errores antes de que sean corregidos a la fuerza por el segundo poder del Estado.