Justimiano Bustamante Vallejos, de 85 años, falleció el 10 de mayo en el caserío de Pillias en Chachapoyas, después de luchar 11 días contra el virus. Tal vez pudo salvarse. El problema fue que el centro de salud de Camporredondo, que no quiso atenderlo porque carecía de Documento Nacional de Identidad (DNI), ya que nunca fue registrado en el Reniec.
Una mañana amaneció con dolor de cabeza y escalofríos. Al inicio pensaron que era un resfrío, pero la tos y la fiebre empeoraban cada vez más. Le estuvieron dando pastillas y remedios caseros a base de hierbas, pero solo lo calmaba por momentos. Todas las noches era lo mismo, el malestar de cuerpo cada vez aumentaba y ya no podía caminar.
El 10 de mayo, el cuerpo de Justimiano no resistió más. Cuando su nieta se acercó a medirle la saturación, se topó con la penosa escena. Empezó a gritar ¡Abuelito! ¡Abuelito, no me dejes!, rompiendo en llanto. Angélica Bolaños, de 50 años, es la hija mayor de Justimiano, al enterarse que su padre falleció lloró sin consuelo. Lo más difícil de esta situación era cómo explicar lo sucedido a la esposa de Justimiano.
Su esposa Margarita, una anciana de 88 años, lloraba cada noche pidiéndole a Dios que no le arrebate a su compañero de vida, ya que cuando sus hijos crecieron, Justimiano era el único que cuidaba de ella. Al enterarse de que su viejito, como ella le decía, había fallecido, no paraba de gritar, de llorar. Margarita no sabe qué hará sin él.
La municipalidad de Chachapoyas se compadeció de la familia y se ofreció a brindarles un apoyo económico, pero tampoco se pudo realizar el desembolso, por falta de documentos de identidad. La familia se tuvo que prestar dinero, para realizarle el humilde sepelio a Justimiano.
Tener un DNI es sumamente importante, porque permite a los ciudadanos acceder a servicios básicos fundamentales, como la educación y la salud. Cuando una madre da luz, tiene 60 días hábiles, contados desde el día siguiente que nació el bebé, para acudir al Reniec y hacer la inscripción de nacimiento gratis. Lamentablemente la mamá de Justimiano, no le asentó una partida de nacimiento, contar con este documento pudo haberle salvado la vida.
La historia de Justimiano es solo una muestra. Existen historias similares, incluso peores. Las personas mayores son los más vulnerables a esta terrible enfermedad y por no contar con un documento de identidad los dejan a su suerte, como si su vida no fuera importante.