Con una biblia en mano, Miguel Ángel Soto Álvarez, de 24 años, suplica para que él y su familia reciban ayuda de parte del Ministerio de Salud. Por eso acude a las redes sociales y a los medios de comunicación porque son, en este momento, los únicos que sí pueden atenderlo.
"Tengo el COVID-19, amigos. Por favor, ayúdenme en el nombre del Señor Jesús", ruega el joven al que respirar ya no le resulta una tarea fácil.
Soto Álvarez empezó a sentir todos los síntomas del coronavirus, llamó a la línea 113 pero nadie lo atendió. Angustiado y con su salud ya debilitada acudió al Hospital Hipólito Unanue Bravo Chico de El Agustino, le realizaron los descartes y dio positivo para COVID-19. Sin embargo, en el nosocomio se negaron a hospitalizarlo, no lo medicaron y lo "botaron como basura", según sus propias palabras.
El joven tuvo que regresar a su casa ubicada en el pasaje Virgen María en San Juan de Lurigancho, al costado del colegio Ramiro Prialé. Ahí se encuentra aislado, sin embargo, ya contagió a toda su familia: cuatro adultos, un adolescente y cinco niños, entre ellos un bebé de un año.
En nombre de esas personas, Miguel Ángel pide ayuda. Al igual que él, todos ellos están en cuarentena y como no pueden salir, no tienen medicamentos ni productos de primera necesidad.
En caso de que alguna autoridad o profesional tenga la facultad para ayudarlos, puede comunicarse a los números 936 680 693 o 924 968 965.
"Yo voy a salir de esta. Tengo una hermosa hija y por eso voy a ser valiente, pero ayúdenme", pide Miguel Ángel. Mientras tanto, sigue llamando a las líneas de emergencia pero aún nadie le contesta.
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