Dirigida por Paolo Marinou-Blanco, Soñando con Leones se posiciona como una de las películas más intrigantes del Festival Internacional de Cine del Mar Rojo (RSIFF) que tiene lugar del 5 al 14 de diciembre en Yeda, Arabia Saudita. A parte, el film lleva sobre sus hombros la responsabilidad de representar a toda Iberoamérica en el festival. Llega a Arabia Saudita tras su estreno mundial en el PÖFF de Tallin. Esta coproducción entre Portugal, Brasil y España, rodada en locaciones como Mallorca, se convierte en un homenaje cinematográfico al humor negro, abordando un tema tan complejo como el suicidio asistido con una perspectiva innovadora y profundamente humana.
La trama sigue a Gilda, interpretada por la reconocida actriz brasileña Denise Fraga, quien da vida a una mujer con una enfermedad terminal cuyo único deseo es morir sin dolor. Sin embargo, sus intentos de suicidio fracasan de forma hilarante, llevándola a buscar la ayuda de "Joy Transition International", una peculiar organización que ofrece entrenamiento para una transición sin dolor. En este proceso, conoce a Amadeu (João Nunes Monteiro), un joven empleado de una funeraria, con quien decide emprender un viaje lleno de absurdos y surrealismo para cumplir su objetivo.
Denise Fraga, una de las actrices más aclamadas de Brasil, imprime en Gilda una combinación única de ternura, determinación y humor. Aunque no pudo asistir al estreno en el Red Sea IFF debido a sus compromisos teatrales en Brasil, su actuación ha sido ampliamente elogiada, consolidándola como el alma de esta producción.
Marinou-Blanco recurre a recursos visuales y narrativos poco convencionales, como romper la cuarta pared haciendo que los personajes miren directamente a la cámara o dar voz a los muertos. Estos elementos, junto con el enfoque humorístico, logran transformar un tema tabú en una reflexión accesible y entretenida. Según el propio director, "siempre he querido abordar cuestiones políticas o personales difíciles a través de la comedia. Es mi manera de crear un espacio seguro para que el público piense sobre estos temas".
El filme equilibra momentos de carcajadas con un profundo respeto por el tema que trata. Como explicó Marinou-Blanco: "El humor crea un espacio seguro para que el público reflexione sobre cuestiones dolorosas, como el derecho a decidir sobre la vida y la muerte". Este enfoque ha permitido a la audiencia conectar emocionalmente con la película, como se evidenció en su estreno en Tallin, donde se vendieron todas las funciones y se añadió una sesión extra debido a la demanda.
El título de la película, inspirado en El viejo y el mar de Ernest Hemingway, evoca la imagen de paz y tranquilidad que busca Gilda: "Es un guiño a la visión de los leones jugando en la costa de África que el viejo siempre recuerda como su único momento de calma en una vida llena de lucha".
La colaboración entre Portugal, Brasil y España fue fundamental para el éxito del proyecto. "Lejos de ser un problema, esta mezcla de culturas aportó una nueva energía y enriqueció todo el proceso creativo", señaló el director.
Soñando con Leones aborda la eutanasia desde un punto de vista cómico y humano, y también plantea una reflexión sobre la libertad individual. Como afirma Marinou-Blanco: "No estamos condenados a vivir, es una elección. Y esa libertad puede ser paradójicamente liberadora".