Enrique Beteta Montañez es un maestro por antonomasia. En cada una de sus numerosas obras, ha desarrollado el propósito de continuar con las clases de sus aulas multánimes. Y el propósito es cardinal: transmitir a los jóvenes estudiantes una actitud mental positiva. Allende las vicisitudes de la vida estudiantil.
Por ello, su trajinar docente no concluye en las aulas, sino que -gran acierto suyo- se prolonga a la vida misma.
Graduado en la histórica “Cantuta”, allí obtuvo un galardón conspicuo: el Premio “Toribio Rodríguez de Mendoza”, por haber obtenido el más Alto índice Global de Rendimiento. La Municipalidad de Lima Metropolitana, igualmente, le otorgó el premio “Francisco Pizarro”, entre los Maestros Secundarios, por su altísimo rendimiento.
Grande al escribir, su obra le merece, asimismo, un Premio de Educación Nacional (INIDE), en tanto que la Presidencia de la Corte Superior de Justicia de Lima lo galardona por sus brillantes enseñanzas impartidas en la GUE “Mariano Melgar”, de Breña.
Actualmente es docente en el relevante colegio “Markham”, de Miraflores, mientras es profesor ad honorem en el Seminario Marelllianum Oblatos de San José.
El libro que ahora nos convoca, se titula Bestiario, y, en él, Enrique Beteta Montañez ha cumplido el papel de Autor-Editor, y se trata una fascinante muestra de cómo el Reino Animal, permanentemente, da lecciones al “bípedo implume”, que es el hombre.
A partir de sugerentes presentaciones de la vida y características de, verbi gratia, la araña, el burro, el caballo, el delfín, el faisán, la hiena el impala, el jilguero, el mono, la ostra, la luciérnaga, el sapo, la urraca, el profesor Beteta nos hace ingresar a un mundo que, realmente, era desconocido para muchos de nosotros.
Pero no se trata solo de que nos adentremos en las vidas de estos animales -a veces mucho más paradigmáticos que algunos de nosotros- sino que la poesía y los intríngulis de sus conductas, son algo que no sospechábamos, y que nos producen la anhelada emoción estética.
Además, hay un leit motiv en su prosa armoniosa y desmitificadora: todos los miembros de este Bestiario, unos más otros menos, dan lecciones a quien, prosopopéyamente, se autodenomina “el rey de la creación”.
Beteta, como maestro inclaudicable, aprovecha los usos y costumbres de esta zoología, que no es nada borgiana, para darnos lecciones y criticar a lo necesariamente criticable: el mundo contemporáneo, dominado y devorado por los media y el sistema neoliberal, preocupado, única y exclusivamente, en sus ganancias, por encima de la educación, el arte y la cultura.
Este libro nos sirve y nos viene de perillas a los poetas; por lo que no hemos dejado de pedirle que escriba -sin prisa, pero sin pausa- uno sobre las plantas y las flores, que tanta falta hacen para la contemplación y el enriquecimiento del espíritu humano.