Al ver cómo los lavaperros torturaban a un esclavo, un cimarrón llamado Cayetano Quiroz (o Quirós) se fugó de la hacienda de su patrón. Anduvo como bandolero hasta que decidió enrolarse a las filas patriotas que lucharon por la Independencia. Llegó a convertirse en jefe montonero. Uno de sus más fieles huestes era Ildefonso Waranqa cuyo apelativo de guerra era Puka-Toro. Los realistas derrotaron a la guerrilla de Cayetano y capturaron al líder de esta en un lugar de Ica llamada La Puntilla. Dos de los lugartenientes, Puka-Toro y Punto Fijo, “dieron licencia a sus exiguas fuerzas” para que enrumben por “caminos diferentes”. Puka-Toro, junto con su perro Lebrel, volvió a Lliwllipampa para reencontrarse con la pastora Petronila Maqerwa. Ambos empezaron el árbol genealógico que sería el objeto de estudio hasta el cansancio de uno de sus descendientes.
La novela “Historia” (Ediciones Achawata), de Julián Pérez Huarancca, aborda tres significativos momentos de la historia del Perú en los que intervienen miembros de la familia Waranqa-Maqerwa. El narrador Ildefonso, historiador de oficio, se mete en la trama para indagar a detalle el origen de los suyos, sobre todo de Puka-Toro, “mi abuelo primero, mi tema, mi variable independiente”.
En sus indagaciones, descubre que miembros de su progenie participaron en episodios históricos sin haber conseguido un sitial en las páginas de los libros de la historia oficial. Bonifacio, nieto de don Puka, formó parte de las tropas de Andrés Avelino Cáceres que lucharon en la guerra con Chile. Las mujeres de su genealogía jugaron también un rol trascendental en la lucha de sus pueblos, así como en la construcción de la memoria de estos. Dos casos: 1) la tía Leonor, hija de don Puka, se enfrenta a autoridades abusivas y es encarcelada; 2) doña Escolástica Medina posee una prodigiosa memoria que enriquece la investigación del narrador cada vez que dialogan. La reivindicación de la mujer en esta “otra historia” es una de las virtudes del libro.
La multitud de personajes que pueblan la novela son tratados con dignidad más allá de su condición de oprimidos. El narrador rechaza la victimización y los muestra dispuestos a forjar su historia en cada acción, en cada diálogo, en cada recuerdo, no por protagonismo, sino por el derecho a la identidad o la reivindicación de esta que se les ha sido negada a lo largo del tiempo con el aval del purismo académico.
Asimismo, retrata el inicio y el final de varios de los integrantes de la progenie ayacuchana. Descarta presentarlos como una mera enumeración. Así, los perfiles se entrelazan para entender dos siglos de violencia, narrados con un dominio del lenguaje del mundo andino, una forma de expresión original que se nutre de las experiencias del autor y de sus otras novelas, dos de ellas son “Retablo” y “Criba” cuyas referencias aportan un mayor entendimiento al texto.
El relato de más de cuatrocientos páginas, ideado hace cuarenta años según el testimonio del autor, consigue desempolvar la “otra historia” con un estilo punzante y una postura firme, como sugiere sagazmente el incisivo Ildefonso. Es una invitación a repensar la lectura oficial de los hechos más representativos del Perú. Con “Historia”, Julián Pérez ha sido capaz de reflexionar, recrear y cuestionar, desde la mirada andina, parte de la gesta de la Independencia, la Guerra con Chile y los inicios del terrorismo. Una novela singular por su puntual condensación de memoria y escritura.