A mí me hubiese gustado que nuestro Guerrero se ponga la camiseta del Boca. Claro, hubiera sido magnífico, pero está bien que Zambrano vista esa casaquilla. Me alegra mucho lo de Zambrano porque Boca es una cumbre, es la vitrina de la historia, es el fútbol real. Hay futbolistas que jugarían gratis por Boca, pero no son como Zambrano.

Zambrano es un como un arquero que no puede agarrar la pelota con la mano, pero tiene que evitar que la redonda trate de inflar las redes de su equipo. Es un defensor fuerte, de carácter hosco, que poco a poco fue calibrando su temperamento. Es seguridad ahora. Es como un policía alemán de los bravos. Los delanteros le temen.
Zambrano ya está fogueado. Le pasa lo contrario que a Solano. Solano tuvo que foguearse en el Boca de Maradona, con "maestrito" y todo, para ir a demostrar su fútbol a Europa. Zambrano ha tenido que agarrar carácter en Europa para lucir su fuerza en ese estadio cuyas tribunas tiemblan.
Yo fui a Buenos Aires a presentar mi libro "Rebelde sin pausa" y me pasé todo una tarde por las calles adyacentes al fortín de Boca y es como un museo del fútbol, de la guerra de estos tiempos, de la pasión y la camiseta. Depende ya de Zambrano si su figura de tamaño natural adorne las tiendas donde los visitantes van a comprar esa camiseta de dos colores.
Zambrano es fijo en la selección de Gareca. En Boca tiene que ganarse el puesto. Bien por Zambrano que empieza una etapa de fama, de entrenamiento duro, de buen fútbol, que queremos para todos nuestros seleccionados.