El Comercio se asombra o se indigna de que un grupo de ciudadanos recordemos los 50 años del golpe de estado que, dirigido por el general Juan Velasco Alvarado el 3 de octubre de 1968, depuso al gobierno de Fernando Belaunde Terry, nacionalizó el petróleo e inició el proceso de cambios más importante de nuestra historia.
Dedica su editorial del sábado último a «uno de los peores atropellos contra nuestra democracia».
Para El Comercio de hoy, la corrupción del gobierno de Belaunde que denunció en sus propias páginas, fue un pretexto para fundar una tiranía. ¡Vaya, se da cuenta 50 años después! Ahora descubre que fue «un cuartelazo sin coartadas», aquello que apoyó durante siete años con sus elogios o su silencio hasta que su propiedad fue tocada!
El Comercio olvida que fueron sus directores, especialmente Luis Miró Quesada, quienes iniciaron la campaña por la anulación del Laudo de La Brea y Pariñas y por la nacionalización del petróleo, que las Fuerzas Armadas realizaron, por firme acuerdo institucional, bajo la dirección de Velasco.
Olvida también que su patriarca Luis Miró Quesada fue víctima de la furiosa campaña de la derecha imperial de entonces que le cerró publicidad, lo vetó, e hizo quebrar a sus proyectos de entrar a la radio y la televisión cuando fundó Radio El Sol y el Canal 9 en 1961.
Con valentía, Luis Miró Quesada inició y mantuvo su campaña por la nacionalización de la que ahora sus descendientes abominan.
El Comercio apoyó editorialmente tanto el golpe institucional del 3 de octubre como la toma militar de los yacimientos petroleros. Y fue el periódico que sugirió el nombre de Día de la Dignidad Nacional al 9 de octubre, como consta en su página editorial del día siguiente al 9.
Cómo cambian los tiempos. Avejentada, carente de toda legitimidad, carcomida por el dinero, olvidando a sus propios intelectuales históricos, ahora la familia repudia en la práctica, el nombre y la conducta del más ilustre de sus integrantes.
El Comercio contra El Comercio. ¡Perdónalos, «don Luis»!