Dina Boluarte perdió su oportunidad de oro este martes para mitigar la fuerza del paro convocado por los trabajadores organizados en la Asociación Nacional de Integración de Transportistas al cual se vienen sumando colectivos y organizaciones que exigen medidas concretas para frenar las extorsiones y los asesinatos.
Boluarte en lugar responder a los transportistas con acciones firmes apenas dijo que hay que estar unidos, que “un paro o dos o los que pudiesen organizarse, dentro del marco constitucional y es correcto, no va a resolver el problema”.

Los transportistas tienen exigencias claras: Por ejemplo, derogar la ley procrimen organizado 32108 que impide el allanamiento de la guarida del sospechoso de asesinato y extorsión hasta la presencia de su abogado y no insistir con el mamotreto de la llamada ley del terrorismo urbano.
Boluarte no dijo nada sobre los pedidos de los transportistas. No exhortó al Congreso a anular aquella norma. Tampoco sacó del gobierno al ministro del Interior que no tiene ningún acierto en la lucha contra los extorsionadores y los asesinos.
Boluarte es a todas luces parte del problema. Su gobierno se cae a pedazos y su plan es durar como sea hasta el 2026. Está en la misma ruta que los congresistas, pero estos son más avezados. Van con todo para asegurar la impunidad.

Boluarte y los congresistas hacen una alianza de impresentables que están destruyendo el país. La gran mayoría de la población se da cuenta de la situación alarmante. La evidencia es la desaprobación casi absoluta a la gestión de Boluarte y el apoyo a la protesta programada por los transportistas.
Algunos, muy enojados con lo que le hicieron al artista Juan Acevedo, señalan que este miércoles será una protesta de los cuyes contra las ratas.