Tres sonidos que parecen un conjuro para convocar a la inteligencia y a la creatividad: Leonardo da Vinci. Su ingenio y versatilidad tiene algunas aristas que desconocemos.
Aquí podrá leer una de esas aristas poco difundidas del genio florentino. Están contenidas en su libro Notas de cocina. Y el siguiente es el espacio que Leonardo titula: “De las conductas indecorosas en la mesa de mi señor”.
Lea, sin escandalizarse, estos consejos del genio y no por ello deje de admirarlo.
- Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaladas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
- Tampoco debe poner la pierna sobre la mesa o sentarse bajo la mesa.
- No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
- No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.
- No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
- No ha de secar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.
- Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.
- No ha de limpiar su armadura en la mesa.
- No ha de tomar comida de la mesa y ponerla en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.
- No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y luego devolverla mordida.
- No ha de escupir frente a él, ni tampoco de lado.
- No ha de golpear ni pellizcar a su vecino de mesa.
- No ha de hacer ruidos de bufidos, ni dar codazos.
- No ha de poner los ojos en blanco, ni caras horribles.
- No ha de poner el dedo en la nariz ni en la oreja mientras conversa.
- No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuego, ni adiestrarse a hacer nudos en la mesa (a menos que mi Señor se lo pida).
- No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
- Ni tampoco serpientes, ni escarabajos.
- No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa.
- No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios, ni proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
- No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi Señor).
- No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi Señor ni juguetear con sus cuerpos.
- Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras está en la mesa.
- No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia)
- Y si ha de vomitar, ha de abandonar la mesa.
Sugiero leer sobre Leonardo: Inteligencia genial de Michael J. Gelb.
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El análisis y las expresiones vertidas son propias de su autor/a y no necesariamente reflejan el punto de vista de EL PERFIL
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