Que haya caído una presidenta del Congreso, a los 41 días de elegida, dice mucho de la grave crisis institucional que atraviesa ese poder del Estado y que al momento de publicarse esta columna debe estar ya rozando el margen de error en las encuestas de aprobación ciudadana.
La responsabilidad exclusiva es de todos los congresistas que se dedicaron a conspirar contra la voluntad popular desde el primer día de su instalación, y particularmente de los que se auparon al brulote golpista de María del Carmen Alva primero y Lady Camones después (con la ironía de que ésta última iba por la vacancia de Castillo en un mes o dos, pero terminó cayendo ella).
No solo se dedicaron a conspirar, sino también a encubrir (solo un botón de muestra: allí continúa encarpetado el expediente de Luciana León acusada de integrar la organización criminal “Los intocables de la Victoria”). Ni qué decir del tráfico de influencias y lobbies que tienen el carácter de moneda corriente en los pasillos del Hemiciclo, despachos y comisiones, y no solo de este Congreso como bien lo saben ustedes amables lectores.
Aún se recuerda el caso de los octógonos por el cual la bancada de Fuerza Popular en el Congreso disuelto, bajo las órdenes de Keiko Fujimori, y la presidencia de Pedro Olaechea, quiso modificar la Ley N° 30021, Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, para favorecer a los multimillonarios grupos de Gloria y Romero; entre muchas otras perlas.
En el actual, hemos escuchado asombrados los audios revelados por “Epicentro TV” en que el líder de APP, César Acuña, ordena aprobar un proyecto de ley de creación del distrito del Alto Trujillo para favorecerlo a él, y no a ese pundonoroso pueblo del norte del país (que un acto de dignidad ha rechazado que se trafique con sus necesidades para favorecer la candidatura de dicho personaje). Ese audio y el ejemplo de los octógonos que hemos citado, revelan la forma en que se manipula los actos parlamentarios y se legisla para interés de particulares, con el dinero de todos los peruanos.
Los audios de Acuña, Camones y la bancada de APP han evidenciado, una vez más, cómo se conspira por la vacancia, se hace lobbies, encubre y se disfruta de la “dolce vita” en playas y paradisíacos viajes de placer en horarios de trabajo. Así, la mañana del lunes 12, Acuña deberá acudir a responder ante el Tercer Despacho de la Primera Fiscalía Anticorrupción de Lima Centro que lo investiga por presuntamente haber cometido el delito de tráfico de influencia.
Y cuando creíamos haberlo visto todo, resulta que nos quedamos cortos, pues también hay un caso de violación sexual, impunidad contra el violador, y el descubrimiento de los parlamentarios de esa bancada que estuvieron embriagándose previamente con el violador en el propio Congreso, aprovechando el almuerzo de Fiestas Patrias; convirtiendo las instalaciones del Parlamento en la versión moderna de Sodoma y Gomorra, donde tal vez no haya siquiera diez justos para evitar su destrucción política, como podemos apreciar de las encuestas y el masivo rechazo ciudadano.
Lo sucedió con Lady Camones expresa que no solo ella ha sido censurada, sino que el Parlamento en pleno ya está moralmente vacado, desde el primer instante de su juramentación, porque la mayoría de sus integrantes se dedicaron a atentar contra la gobernabilidad, la voluntad popular y tramar la vileza del golpe de Estado, aunque haya “costo de sangre”, como decía Jorge Montoya. Pero las ironías de la vida y la cosecha de sus propias tempestades han hecho que la vacancia urdida desde el inicio se revierta contra los vacadores y ellos ni cuenta se dan. En su necedad algunos han creado la teoría de que el pueblo no soporta al Congreso porque no puede vacar a Castillo y con eso vuelven a la carga y terminan chamuscados otra vez, como se ha visto con la caída de Lady Camones, y así volverá a suceder con quien la reemplace.
Es que no buscan la vacancia pensando en el interés del país, sino en el de su propio beneficio para tomar totalmente el poder, el manejo de los ministerios, viceministerios y direcciones, así como el ingente presupuesto de la República.
El pueblo siente y lo percibe, porque en ese infeliz propósito los congresistas van evidenciando a quién obedecen. Es el caso de Lady Camones, que puso su gestión al servicio del fujimorismo (su agrupación de origen) y de César Acuña, y ahora se conoce la entraña de la bancada que este político y empresario maneja, donde se trafica influencias, abundan los bebedores y hay un escandaloso caso de violación. No en vano Acuña tuvo antes entre sus parlamentarios a dos convictos, como fueron los casos de Benicio Ríos y Edwin Donayre, el primero condenado a siete años de cárcel por colusión agravada y el segundo a cinco años y seis meses por el “gasolinazo”. De modo que no es nuevo lo que sucede.
Ahora es el propio líder de APP quien enfrenta una denuncia por tráfico de influencias, sancionada hasta con 6 años de pena privativa de la libertad (art. 400 del Código Penal), en la Primera Fiscalía Anticorrupción de Lima, al haber ejercido influencias reales sobre Lady Camones y los congresistas para ser favorecido en su campaña electoral al gobierno Regional de Lambayeque; con lo cual no solo ha dado lugar a la censura de aquella, al mayor desprestigio del Congreso, sino también al estrepitoso fracaso de su agrupación política en las próximas elecciones, como él mismo lo vaticinó con esa expresión agorera de “chau, chau, chau APP”.
Eso sucede cuando el accionar de los políticos, partidos y el Congreso no se orienta en beneficio de una agenda país; pero no entienden. Con el nuevo presidente que elijan seguirá agravándose la crisis terminal de ese poder del Estado, que tiene una desaprobación y rechazo de lejos más grande que el Ejecutivo; más aún, si el elegido es José William o Roberto Chiabra (quien habría estado vinculado a Montesinos en los años 90, según información que circula últimamente en las redes), que son los favoritos de la coalición derechista, integrada por FP, AP, APP, AP y otros; porque en su condición de exmilitares, su razonamiento y proceder será parecido al verticalismo de Jorge Montoya y José Cueto Acervi, con matices más o matices menos. La otra opción que manejan es Gladys Echaíz, que no dudará en vulnerar la Constitución y las leyes con tal de lograr la vacancia, fiel a su entronque familiar aprista, y ahora pertenencia a la ultraderecha de RP y engreída del fujimorismo.
La conclusión a que arribamos es que este es un Parlamento suicida, y que en su torpeza y brutalidad arrasará con la poca credibilidad ciudadana en la institucionalidad del país, y será responsable del surgimiento de cualquier opción extremista y la destrucción de lo que queda del sistema democrático nacional.