Aunque construcción civil fue considerada en la primera etapa de la reactivación económica, los anuncios de montos millonarios para las grandes obras dejaron muchas expectativas inconclusas.
El primer problema es que los anunciados millones para la ejecución de obras en diferentes programas como el plan de infraestructura para la competitividad, la reconstrucción con cambios, construcción de colegios, obras de saneamiento, hospitales y otros, deben esperar ciertos procedimientos, como la elaboración de proyectos, los estudios de factibilidad, entre otros, que necesitan su tiempo, lo que contradice la ilusoria reactivación inmediata que publicita el Gobierno.
El segundo problema es que con el reinicio de algunas construcciones los trabajadores se contagiaron en obras por el uso de pruebas rápidas, que brindan resultados poco confiables. La solución esperada por los trabajadores es el uso de pruebas moleculares.
El tercer problema es el transporte, porque en el transporte público no hay distanciamiento social, pero sí hay hacinamiento y la desinfección de las unidades móviles no se acata. Alrededor de un 30% de trabajadores se han contagiado desde el reinicio de las labores.
El Protocolo de Bioseguridad para la reapertura de las actividades señalaba como obligación para la reactivación económica que las empresas doten de transporte particular a sus trabajadores. El lobby empresarial flexibilizó este requerimiento, poniendo en riesgo la vida y salud de los trabajadores.
Adicionalmente a ello, en las pocas obras reabiertas, debido al distanciamiento social, se ha reducido el aforo laboral en un 27%.
Por ello, existen cientos de miles de obreros de la construcción sin trabajo y sin esperanza de volver a laborar pronto. Para ellos, inscritos en el Registro Nacional de Trabajadores en Construcción Civil (RETCC) que administra el Ministerio de Trabajo, demandamos un bono de 1000 soles, para paliar en algo la crisis económica y familiar de subsistencia que viven durante este tiempo de pandemia. Esta demanda tuvo buena acogida en su momento por los representantes de las carteras de Vivienda y Trabajo, pero, como siempre, el Ministerio de Economía y Finanzas se opuso.
El Gobierno ha pretendido reactivar las empresas, pero no ha dado resultado: los 6,7 millones de nuevos desempleados lo comprueban. Lo que se necesita en verdad es reactivar las economías de los trabajadores, en particular, y peruanos, en general, mediante un bono de 1000 soles, que aliviará la crisis presente y futura debido a la pandemia, que agudiza aún más las grandes desigualdades por un modelo económico que solo favorece a los oligopolios de siempre.