Los camaleones son reptiles que usan su lengua larga para atrapar a sus presas. Alguien puede decir que son lenguaraces. Sin embargo, la característica más notable de los camaleones es que suelen cambiar de color de piel para protegerse y algunas veces para atacar.
Justo pensaba en los camaleones de todo tipo cuando de pronto la televisión, que casi siempre da malas noticias, informó que el nuevo ministro de Trabajo es el cuasikeikista Juan Sheput.
Sheput es un político camaleónico. Tiene la lengua larga y se cambia de camiseta sin vergüenza y ahora, aceptando ser parte del golpe, ha mostrado su peor rostro.
Hay que tener cuidado con Sheput porque actúan bajo los lineamientos de la traición. Él se traiciona incluso así mismo. Fue hombre fuerte de la última parte de la campaña de PPK, quien lo escuchaba y hacía caso. Ya saben lo que pasó.
Antes de que llegará a las filas de PPK, Sheput había sido un vehemente defensor de Alejandro Toledo, incluso en tiempos en que defender a Toledo era como apoyar a Edgar Alarcón.
Sheput, después de algunos años, ya en el Congreso, poco a poco se convirtió en un asesor sin sueldo del fujimorismo. Antes parecía antifujimorista; pero, después, se hizo amigo de Úrsula Letona y compañía y terminó acompañando a los peores fujiapristas.
Sheput era congresista cuando Vizcarra decidió disolver el Parlamento. Desde entonces carecía de trabajo político hasta que aceptó la propuesta de Ántero. Nadie sabe cuáles son sus intenciones. Ya sabemos. Su animal favorito es el camaleón.