AÚN BRILLA LA VIDA. Crónicas y cuentos de pandemia (Manoalzada editores, 2021) es una antología diversa y conmovedora en la que el compilador Walter Villanueva reúne 15 relatos en los que la mirada de cada autora, desde la lejana Bangladesh hasta Perú, se afirma con la cotidianidad del distanciamiento social, de la cuarentena y de las nuevas costumbres devenidas con la aparición del coronavirus.
Asumir la vida, en contraposición con la muerte, como tema para compilar 15 relatos escritos por mujeres de seis países es una postura aparentemente optimista. Sin embargo, el tono estilístico de los textos matiza de un color grisáceo y a veces hasta pesimista. Sin duda, abordar la vida en tiempos de pandemia es mostrarla desde la tragedia, el dolor por las pérdidas y también desde la esperanza, aunque suene maniqueo mencionarla.
La antología se abre con el relato “Un hueco” de la escritora española Angélica Morales (finalista del Premio Planeta de Novela 2017), una pieza literaria que transcurre entre los balcones de los edificios y el desierto de las ciudades: “La ciudad era un panal de hombres y mujeres que se asomaban al balcón o a la ventana en busca de oxígeno”. A través de la protagonista Celia se preludia la nueva normalidad en el mundo a partir de compararlo con el escenario de “unas islas mínimas que intentaban resistir los embates del virus”.
Hay luego otros relatos como “La estrategia del cangrejo” de Calista Sweet (España) en el que se muestran diversas situaciones cotidianas en cuarentena, desde la vida en un edificio hasta el trabajo de una camarera sordomuda que lidia con la dificultad de entender a los clientes, tras sus mascarillas; el tercero, “Desde mi ventana”, de la escritora peruana Gloria Cáceres, nos sumerge en una evocación tierna de recuerdos juveniles y la realidad cruda de los tiempos pandémicos. El relato discurre entre París, Lima y Colta (Ayacucho).
Se muestran además otros relatos como “La espera” de la escritora cubana Zurelys López; “Entre cuatro paredes” de Daniela Corzo Prado; “Última felicidad de invierno” de Daisy Saravia; “Mujeres en tiempos de pandemia” de Rosa Luz Alva; “Lo que la pandemia nos dejó” de Ana María Cáceres; “El cuaderno de Iris” de Gilma Rojas; “La pandemia y su repercusión global” de Vicnali Ledezma (Venezuela); “La enfermedad” de la escritora mexicana Tania Plata; “La impronta de la pandemia” de Victoria Alca; “Pánico escénico” de Ana Luisa Ríos; “50 en cuarentena” de Carla Levi y el relato de la laureada escritora Selina Hossain (Bangladesh): “Reflejos en el agua”.
Esta antología Aún brilla la vida. Crónicas y cuentos de pandemia es una suerte de confesión temprana y vívida; tal vez testimonial o con ribetes premonitorios; en cualquier caso, una colección de textos escritos en la vorágine de la cuarentena, en tiempos donde cada lugar es una trinchera de sobrevivencia y la palabra se ha convertido en una herramienta que forja y da brillo a la vida.
