La Oficina de Prensa del Vaticano informó este lunes que el papa Francisco, de 88 años, descansó bien durante la noche, se encuentra alerta y se alimenta con normalidad, aunque su condición sigue siendo crítica.
Fuentes vaticanas añadieron que el pontífice se despertó con buen humor y continúa recibiendo oxígeno mediante cánulas nasales. Estas medidas son necesarias tras la crisis respiratoria que sufrió el sábado, la cual requirió oxígeno de alto flujo para estabilizarlo.
El parte médico del domingo confirmó que Francisco no presentó nuevas crisis respiratorias después del episodio crítico del sábado. Además, recibió dos unidades de glóbulos rojos mediante transfusiones, lo que permitió un aumento en sus niveles de hemoglobina.
Sin embargo, los análisis sanguíneos recientes revelaron una insuficiencia renal inicial leve que está bajo control, además de trombocitopenia, un nivel bajo de plaquetas en sangre que también se mantuvo estable.
A pesar de la gravedad de su estado clínico, el papa se mostró alerta y participó el domingo de una misa celebrada en su habitación junto a los médicos y cuidadores. Según los especialistas a cargo de su tratamiento, Francisco permanece bien orientado y ha mantenido su carácter jovial.
El doctor Sergio Alfieri, miembro del equipo médico, comentó que el pontífice incluso bromeó al saludar a uno de sus doctores diciéndole: “Hola, hijo santo”.
El sábado fue un día especialmente complicado para el papa. Según el Vaticano, experimentó una crisis respiratoria prolongada similar al asma y requirió oxígeno suplementario en altos niveles. También se le diagnosticó anemia y recibió transfusiones para mejorar su condición.
A pesar de estos desafíos, las autoridades médicas señalaron que no está conectado a un ventilador mecánico y que su pronóstico sigue siendo reservado debido a la complejidad del cuadro clínico.
El papa Francisco enfrenta esta hospitalización como la más prolongada desde que asumió el papado en 2013. En su juventud ya había perdido parte de un pulmón debido a una infección grave, lo que complica aún más su recuperación actual.
En los últimos días, la comunidad católica mundial ha organizado vigilias y misas para orar por su salud. En Roma, fieles se reunieron en lugares emblemáticos como la Basílica de San Juan de Letrán y la Plaza de San Pedro para alzar sus plegarias por el sumo pontífice. En Argentina, también se realizaron actos religiosos en solidaridad con Francisco.