En Barranco, el distrito de los poetas, se libra una de las más reñidas batallas electorales para la alcaldía. En la punta, David Fernández, del partido millonario de la corporación Exitosa (de la heredera Esther Capuñay Quispe), ha logrado ascender en los barrios como “el alcalde de los pobres” y eso no es verdad. Sí es un personaje que tiene cintura para las deudas, los giros violentos y agarrarse con los ancianos. Hace algunos meses, agredió a personal de serenazgo durante una trifulca por la concesión del estadio Unión: el anciano cayó de espaldas y apenas se pudo levantar. Fernández fue gerente general de Kafe Kitsch SAC (2000-2005), según INFOGOB, empresa que debe alrededor de 10 mil nuevos soles por ESSALUD y ONP, en contraste con la declaración de un valor patrimonial que excede los 200 mil nuevos soles (ONPE).
¿Por qué Barranco? El distrito de José María Eguren es una little la Victoria en lo que es cupo de comerciantes, con la diferencia que el metro cuadrado está por las nubes con los inmobiliarios; es paraíso para cualquier abogado venido a menos con deudas que puede cubrir tan solo vendiendo la camioneta más vieja.
El actual alcalde, Antonio Mezarina, ha gobernado durante 8 años el distrito con una trasparencia de cuarto sin ventanas y en su gestión los comerciantes pagan hasta por adelantado la temporada de verano que aún no llega. La candidata favorita de Mezarina, la señorita Carolina Mc Callock, de Alianza para el Progreso, no ha llegado a despegar, y ahora apoya a Fernández en el barullo de los mototaxistas y las quintas más pobres. Barranco está a punto de venderse al mejor postor y solo la verdad podrá salvar lo que resta de su poesía.