En Oxapampa existe una empresa de "motocarguistas" llamada "Oso de Anteojos", hay un hotel cuyo logo contiene la cara del oso, un restaurante donde las servilletas tienen bordados en forma de oso y una estatua de él entre los jirones Bolognesi y Mayer.
A esta provincia de Pasco vine desde Lima a buscar las cartas que había recibido el oso andino. Estos escritos habían sido redactados por niños de la ciudad durante el 2005 y el 2009, que ahora son profesionales que cuidan el ecosistema.
Los infantes preocupados de aquellos tiempos escribieron que harían lo posible para evitar que sus padres quemen árboles en las partes altas de los bosques que forman el hábitat de los osos, prometieron que convencerían a sus vecinos y familiares de no cazarlos, les ofrecieron también abrazos y besos, e incluso, les pidieron juguetes.
César Laura, el zootecnista que más conoce sobre el oso y que aún guarda parte de esta correspondencia, comenta a bordo de una motocicleta, que algunos de esos pequeños autores son ahora profesionales que dedican su tiempo a la causa medioambiental.
Muchos conocen a César como Bromelio, un peluche, un personaje del Ukuku que servía para las campañas de concientización. Es más, él junto a un equipo de especialistas, casi logran que el mamífero sea declarado emblema de la Municipalidad Provincial de Oxapampa en el 2007. Pese a que recolectaron más de 1600 firmas, la desorganización municipal de entonces y la desinformación acerca del animal más antiguo de América impidió el logro de ese objetivo. Sin embargo, no se rindió.
Han pasado más de 10 años y no descarta intentarlo de nuevo. Ya sea por la huella que ha dejado el Ukumari en él, o porque como se estima, la provincia pasqueña alberga a más ejemplares del tremarctos ornatus en estado natural que otras regiones.
Debido a la caza indiscriminada de este animal, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna aprobó en el 2016, el Plan de Conservación Nacional del Oso Andino. Esta especie evita desastres naturales como huaicos, porque al reforestar con sus heces los bosques, la tierra se vuelve más fuerte y los deslizamientos disminuyen su intensidad.
Residentes y turistas han visto al úrsido a menos de un kilómetro y medio desde de la plaza central de Oxapampa comiendo paltas y jugando con ramas secas en el cerro San Jorge. El también llamado Isnachi, que está en peligro de extinción según el Ministerio de Agricultura, no se deja ver fácilmente, sin embargo, un guardaparque le tomó una foto a escasos metros de distancia para demostrarle a una regidora incrédula de su existencia en Oxapampa.
Es hora de volver a Lima. No tuve la suerte de verlo, pero sé que existe en la zona, por eso al igual que los niños, también debo escribirle una carta al oso para ayudar a evitar su extinción.