El fiscal supremo Pablo Sánchez acaba de pedir una reunión urgente de la Junta de Fiscales Supremos para ver la separación de la aún fiscal de la Nación, Patricia Benavides, quien es la presunta cabecilla de una organización criminal que movía votos en el Congreso para elegir al Defensor del Pueblo, traerse abajo a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, inhabilitar a la exfiscal de la Nación Zoraida Ávalos y seguramente otras perlas más.
La madrugada de este lunes el Equipo Especial contra la Corrupción en el Poder, liderada por la fiscal Marita Barreto, detuvo de manera preliminar en la Fiscalía a Jaime Villanueva, asesor principal de Patricia Benavides. Este grupo especial tiene en su poder chats en el cual Jaime Villanueva dice hablar en nombre de Patricia Benavides y coordina con un congresista para ver las votaciones en Parlamento.
Patricia Benavides se mantuvo en silencio toda la mañana y dio su manotazo de ahogada al jurar que es inocente y anunciar que ha denunciado constitucionalmente a Dina Boluarte por presuntamente haber cometido el delito de homicidio calificado en agravio de Víctor Raúl Santisteban y otras víctimas de las protestas sociales.
Patricia Benavides es a todas luces el brazo legal de una organización poderosa. A decir del exfiscal Avelino Guillén, de una coalición que nos gobierna.
Patricia Benavides es quien estuvo de acuerdo con la suspensión Rafael Vela Barba, quien se encargaba del coordinar el equipo de fiscales que investiga a los peces gordos del caso Lava Jato, también coordinaba las fiscalías de lavado de activos que investiga a Dina Boluarte; a Rafael López Aliaga; al dueño de Willax, Erasmo Wong; al amigo de Keiko Fujimori Joaquín Ramírez, entre otros.

Los fiscales representan a la sociedad. Son los abogados de la gente. Patricia Benavides no cumple con ese requisito porque ella sacó a la fiscal Bersabeth Revilla que investigaba a su hermana la jueza Enma Benavides sospechosa de haber recibido plata de los narcotraficantes para ser liberados.
Patricia Benavides presionó también al fiscal supremo Jesús Fernández para que deje la coordinación del equipo de fiscales que investiga a los Cuellos Blancos; dio luz verde al traslado de las carpetas por casos de derechos humanos a Lima a fin de entorpecer las investigaciones de los asesinados en las protestas.
Patricia Benavides es investigada además por sus llamadas telefónicas con Antonio Camayo, integrante de los Cuellos Blancos, por sus grados fantasmales de maestría y doctorado sin los cuales no pudo haber llegado al cargo de fiscal de la Nación que ahora ensucia.