Por: Felipe G. Gil
El pasado 2 de febrero se producía en Fortnite un concierto virtual llevado a cabo por el productor musical y DJ, Chris Comstock, más conocido como Marshmello. El periodista especializado en videojuegos George Keighley aseguraba que las fuentes autorizadas le comunicaban que había 10 millones de jugadores que estaban ‘asistiendo’ al evento.
El concierto, ofrecido en una de las plazas de Fortnite conocida como Pleaseant Park, permitió a los jugadores aparcar las armas y bailar. El juego activó durante un rato el modo ‘sin gravedad’, lo que les permitió a los jugadores incluso flotar.
Marshmello se mostraba entusiasmado con la experiencia aunque se quejaba amargamente de que la iniciativa hubiera atraído a demasiados ‘haters’.
Lo cierto es que las críticas vinieron por el rimbombante anuncio el que algunos medios se hicieron eco del evento: “el primer concierto en directo de la historia de los videojuegos“. Y los usuarios en redes reaccionaron contestando y poniendo ejemplos de que no era la primera vez que se ofrecía un concierto en similares características.
El videojuego Minecraft organizó el festival Coalchella en 2018 (un juego de palabras a partir del Festival Coachella, que sucede en California). Aunque cinco años antes y también en Minecraft el sello musical Monstercat organizó un festival caritativo. Y hace más de 10 años, muchos probaban a hacer conciertos en Second Life, la desaparecida plataforma de ‘realidad virtual’. Entre ellos, U2.
Esta fórmula tan atractiva para los medios y la generación de titulares rimbombantes no ha parecido consolidarse como un formato de consumo y sí como una estrategia de marketing para promocionar estos espacios virtuales. Pero, ¿por qué querría Epic Games (la promotora de Fortnite) hacer algo así en estos momentos teniendo en cuenta que es uno de los videojuegos de moda?
Fortnite se ha dado a conocer como un juego de acción, disparos y supervivencia para distintas plataformas y dispositivos. El juego se ha popularizado especialmente gracias al denominado modo Battle Royale, en ql que el jugador debe en combates hasta para 100 jugadores. El año pasado el youtuber Rubius organizó una partida que fue vista por más de un millón de personas.
Recientemente la empresa anunciaba el lanzamiento de un modo creativo al estilo de Minecraft en lo que parece una estrategia para tomar distancia de la críticas que han llegado a asociar al juego con el fomento de la violencia y de valores nocivos para la educación de los niños. La imagen de unos niños bailando es más amable que si aparecen disparando.
I’m still in awe @FortniteGame pic.twitter.com/VnM5BrTTnb
— marshmello (@marshmellomusic) February 2, 2019
El periodista Nick Statt declaraba sobre el concierto de Marshmello en The Verge: “Por fin se sintió que un evento Fortnite no era sobre puntuaciones armas y caos, como la mayoría de veces ha sido… a pesar de que al terminar los 10 minutos que duró el concierto la escena se convirtiera en una batalla campal”.
Fortnite busca ser algo más que armas y competición, está claro. Si no, ¿por qué Netflix habría enviado una carta a sus accionistas para aclarar que los vídeos de Fortnite en Youtube representan una amenaza mayor que HBO?