MarioBunge no solo es el más grande epistemólogo latinamericano, así como el másacérrimo defensor del realismo científico y de la filosofía exacta; sinotambién un hombre de atalayante visión integradora del conocimiento, para quienla ciencia y la filosofía constituyen la más rica creación del espíritu.
Paraél la ciencia y las humanidades no son antagónicas sino complementarias. En esaperspectiva los problemas de orden social y ético no le son indiferentes, sinode grave preocupación y clara afirmación sociológica, dentro de la cual elDerecho no le es ajeno y considera a este como un instrumento de cambio social.
Siguiendoel realismo jurídico de Roscoe Pound, considera que si las leyes son “mezquinase improvisadas” solo servirán para estancarnos. La referencia de Pound paraBunge es fundamental ya que los planteamientos de aquel pasaron por el tamiz dela verificación, al haber constituido el soporte jurídico a la política del NewDeal del presidente F.D. Roosvelt, que le permitió a los Estados Unidos salirde la gran depresión económica de los años 30.
Enuna de sus visitas al Perú, en 1996, disertando sobre la vigencia de laFilosofía, Bunge afirmaba con acertado criterio, propio de las más altasmagistraturas, que: “El Derecho no solo refleja a la sociedad, sino que a suvez, la cambia”, y respecto de la profesión de abogado sostenía que esta “es unservicio social, para lo cual deben prepararse en conocer el derecho, yperfilarse con alta sensibilidad en el escenario social”; y, sobre la justicia,epistemológicamente sentenciaba: “La justicia depende críticamente de laverdad, por lo que no puede relativizarse la verdad, no se puede promover lajusticia sin causa de verdad, ya que no hay justicia sin verdad”.
Demanera que, en su visión científica y sociológica, el Derecho no es ajeno alcambio ni al servicio social, mucho menos a la verdad; de lo cual deben tomarnota ciertos jueces, políticos y abogados en el Perú, de estrecho sentidokelseniano que reducen lo jurídico a mera interpretación y aplicación de laley, alejados de la verdad y los agobiantes problemas de orden social einstitucional que nos agobian en estos días. Y lo que es más grave aún,instrumentalizan el Derecho y las leyes para ocultar la verdad y promover el vilencubrimiento e impunidad.
Poreso, últimamente abundan estrechas interpretaciones de la Constitución Políticaque niegan la posibilidad jurídica de usar el mecanismo de la confianzapresidencial que ponga fin a la crisis institucional que nos agobia. ElDerecho, y en particular el Derecho Constitucional, es para ellos un restofósil, frio, inerte y ajeno al sentido ético de indignación social. Consideranque si de algo sirve es solo para preservar privilegios y esconder la verdad,con oscuros arreglos bajo la mesa.
Soslayanlo que decía otro referente de Bunge, el brillante jurista hispano-guatemalteco,don Luis Recansens Siches, en el sentido de que: “El Derecho es vida humanaobjetivada en ley” y, como tal, no es ni puede ser indiferente al dolor humano,ni al clamor social.
Poreso, al cumplirse los 100 años de la fecunda vida de Mario Bunge, los hombresde Derecho que amamos el conocimiento y la cultura, debemos celebrarlosafirmando, en la misma línea social y científica de su pensamiento, que la esenciadel Derecho estriba en la potencialidad de solucionar problemas humanos y noagravarlos permitiendo injusticias ni impunidades.