El Grupo de Lima, integrado por doce países de América, rechazó “cualquier curso de acción o declaración que implique una intervención militar” en Venezuela, en clara y directa respuesta a las declaraciones del secretario general de la OEA, Luis Almagro, que se pronunció a favor de la intromisión en los asuntos internos de ese país.
La declaración firmada por los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, se declara en contra de cualquier “ejercicio de violencia, amenaza o el uso de la fuerza en Venezuela” y reafirma su compromiso con “la salida pacífica y negociada” como vía para superar “la grave crisis política, económica, social y humanitaria que atraviesa ese país”.
Asimismo, insta al Gobierno del presidente Nicolás Maduro a “poner fin a las violaciones a los derechos humanos, a liberar a los presos políticos, respetar la autonomía de los poderes del Estado y asumir su responsabilidad por la grave crisis que hoy vive Venezuela”.
En respuesta a las palabras de Almagro, el gobierno venezolano anunció que denunciará al romotor de la invasión ante Naciones Unidas (ONU) por promover una intervención militar “de forma vulgar y grotesca”, según la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, que consideró que la estabilidad de América Latina está “seriamente amenazada por la demencial actuación de quien usurpa de forma desviada y abusiva la secretaría general de la OEA”.