Las imágenes de aves y delfines en la Costa Verde o la reaparición de animales exóticos en distritos de Lima, como un zorro campestre que caminaba tranquilamente en las calles de La Molina, quedarán solo como gratos recuerdos.
La Agencia Espacial Europea (ESA), a través de la Misión Copernicus Sentinel 5P, divulgó imágenes que muestran que el dióxido de nitrógeno en la tropósfera en Lima ha vuelto a los niveles que tenía antes de que se declarase el estado de emergencia y la cuarentena por el nuevo coronavirus Covid-19 en el Perú.
El aislamiento que inició el 16 de marzo permitió que durante ese mes y abril, los niveles de contaminación sean muy bajos. Sin embargo, con el reinicio progresivo de las actividades cotidianas, estos niveles iniciaron su ascenso hacia fines del mes pasado. Transcurridos 11 días del mes de junio, la contaminación ha igualado a la que teníamos en febrero.
La misma situación se repite en otras importantes capitales de la región como Buenos Aires o Santiago de Chile.
El dióxido de nitrógeno es un gas que envenena a los ciudadanos y preocupa cada vez más a las autoridades políticas y de salud a nivel mundial.
Se trata de un compuesto químico, esto es, una sustancia integrada por dos o más elementos, en este caso nitrógeno y oxígeno. Es un gas más denso que el aire, de color marrón rojizo y de olor acre.
Es tomado como referencia para medir los niveles de contaminación entre las muchas sustancias que emiten los vehículos a motor, como el dióxido y monóxido de carbono, los óxidos de azufre o partículas en suspensión.
A su vez, el dióxido de nitrógeno interviene en diversas reacciones químicas que producen otras moléculas dañinas como el ozono troposférico, ácido nítrico o peroxiacetil-nitrato (PAN). Es decir, es un contaminante en sí mismo y un precursor de otros cuantos.