El presidente Sagasti sabe que los jóvenes de la Generación de Bicentenario no han salido a marchar en calles, plazas y avenidas para reponer a Vizcarra ni para para elegirlo a él ni para que las cosas sigan como antes.
El presidente sabe que los jóvenes han salido para tumbar al golpista Merino y encontrar cambios profundos en salud, educación, trabajo y son conscientes de que para esto la ruta es el cambio de la Constitución.
Sobre el cambio de Constitución, Sagasti le dijo a una agencia internacional de noticias que "creemos que esta es una tarea para un nuevo gobierno, libremente elegido por el pueblo" el 11 de abril del 2021. No dijo que está en contra del cambio de la Constitución. Precisó: "No creemos que esto sea una prioridad a corto plazo".
Es razonable su posición como presidente interino, pues no trata de lavarse las manos como lo hizo el Tribunal Constitucional al rechazar la demanda competencial para que explique qué es permanente incapacidad moral que fue el pretexto de los golpistas para sacar a Vizcarra.
Ahora bien, nadie le está pidiendo a Sagasti que cambie la Constitución. Lo que Verónika Mendoza plantea es que el 11 de abril del 2021 haya una segunda urna para que los ciudadanos y ciudadanas decidan libremente por votación si quiere una nueva Constitución.
Así el gobierno elegido de manera democrática convocará a una Asamblea Constituyente que discutirá las nuevas reglas de juego en un país como 200 años de independencia para dejar atrás la Constitución de Fujimori y Montesinos que permitió el desmadre que hemos visto en estas décadas.
Verónika le respondió a Sagasti: "El poder constituyente emana del pueblo, no de las élites gobernantes. Será el pueblo el que decida el momento de plantear una nueva Constitución, quiénes la harán y qué contenidos tendrá".