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¡Que se vayan todos! El país merece un Domingo de Resurrección

Boluarte sigue empecinada en callar en todos los idiomas respecto de joyas de alta gama, habiéndose limitado a decir en su mensaje a la Nación que hablará en la Fiscalía.
Antonio Castillo
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Antonio Castillo
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Colaborador de EL PERFIL
Abogado y analista político. Exintegrante de la Procuraduría Anticorrupción del Perú y exasesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, entre otros cargos públicos.

Penoso tener que decirlo en pleno Sábado de Gloria en que escribimos estas líneas, pero este tramo del calvario interminable que padece la Nación no puede acabar mientras continúe cargando la pesada cruz que significa la presencia de Dina Boluarte en la presidencia de la República. 

Ningún país del mundo puede soportar la tragedia moral y la ignominia que significa tener una mandataria investigada por enriquecimiento ilícito, luego de haber mostrado sus ensangrentadas manos luciendo ostentosos Rolex y pulseras Cartier de oro rosa  y preciosos diamantes valorizados en casi 500 mil dólares, sin haberlos declarado ni dar explicaciones satisfactorias al país; de haber incrementado su patrimonio en más de medio millón de soles durante su corto mandato, y haberse descubierto que recibió en sus cuentas más de un millón de soles sin conocerse su procedencia.

Lo que es peor, viendo el triste espectáculo, en plena Semana Santa, de sus avivatas acciones de obstrucción a la justicia, evadiendo las citaciones y resistiéndose a exhibir sus joyas de alta gama para las investigaciones respectivas, dando lugar a que la Fiscalía tenga que allanar su domicilio a combazos en la noche de Viernes Santo, como el de una vulgar delincuente, así como las instalaciones de Palacio de Gobierno; con lo cual se ha evidenciado que la suprema investidura de la Nación que ella detenta no merece ningún respeto y se ha convertido en casi un papel desechable, como lo fue de un inicio para la coalición que gobierna desde el Congreso y que la puso allí para utilizarla a su gusto y conveniencia.

Uno de los Rolex de Dina Boluarte (Foto: Presidencia)
Uno de los Rolex de Dina Boluarte (Foto: Presidencia)

Es más que evidente que Dina Boluarte se encuentra en situación de incapacidad moral permanente y desde sus inicios (no olvidemos que también está investigada por el delito de genocidio), pero aquí la mayor tragedia reside ahora en que el Parlamento que está llamado a ponerle fin a esta crisis, es el más interesado en mantenerla allí para evitar que se tengan que ir todos los barrabases y judas que en ese antro de lobbies e impunidad se albergan; ya hemos visto que Alianza para el Progreso y Fuerza Popular le han dado su respaldo públicamente.

Por eso Boluarte sigue empecinada en callar en todos los idiomas respecto de esas joyas, habiéndose limitado a decir en su mensaje a la Nación que hablará en la Fiscalía; evidenciado que solo gana tiempo para elaborar más de una coartada; ya que si dijera la verdad esta sería una sola y podría afirmarla ante el mundo entero, sin temor alguno y nada que esconder bajo la manga. Pero sabe que ya ha mentido al decir inicialmente que son joyas “de antaño”, cuando ha quedado de manifiesto que son actuales y modernas, y que antes de ser ministra y luego presidente, solo ganaba 4 mil soles en el RENIEC, que le imposibilitaban hacer tales compras.

Todo parece indicar que se trata de interesados “obsequios”, y no de algunos “admiradores”, como ha dicho su cantinflesco abogado, sino de personas con gran solvencia económica, es decir, empresarios, y no precisamente por admiración, sino a cambio de algo; lo cual no puede decirlo Boluarte porque quedaría en evidencia que se trataría de coimas en especie; es decir, cohecho, corrupción pura y dura. 

Esto se sabrá cuando el Ministerio Público tenga a la vista las joyas para identificarlas por sus sellos de marca y series de procedencia, lo que llevará a saber quién las adquirió. Por eso la presidenta se niega a mostrarlas y, según versiones palaciegas recogidas por el semanario  “Hildebrandt en sus Trece”, en el afán de evitar que sean identificadas, ella habría encargado a sus asesores buscar réplicas de las mismas para confundir a la autoridad; lo cual, aseguraría el encarcelamiento no muy lejano de la mandataria, por obstrucción a las investigaciones.

Va llegando el momento de exigir con firmeza que SE VAYAN TODOS, lo que es todos, por eso aquí nadie haga de Pilatos lavándose las manos y desentendiéndose de esta cruel crucifixión que padece el Perú, desde el año 2016 en que el parlamento de 73 congresistas de Keiko Sofía Fujimori declaró la guerra a la democracia y cuyas consecuencias de golpes, forzadas sucesiones presidenciales e interminable inestabilidad política vemos hasta ahora. No solo inestabilidad política y corrupción que se luce en las manos, sino que, con esta coalición gobernante, el país entero se encuentra cogoteado por las mafias que han copado las instituciones, pero también por las mafias delincuenciales de asesinos y extorsionadores que en las calles acaban con la vida de muchos peruanos de un plomazo en la cabeza para quitarles el pan de cada día que ganan con el honroso sudor de su frente; mientras los de arriba, bien gracias.     

Nadie guarde silencio cómplice en estos días aciagos, desde donde estemos la exigencia a una sola voz debe ser la de que SE VAYAN TODOS, el país merece también un Domingo de Resurrección.

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Abogado y analista político. Exintegrante de la Procuraduría Anticorrupción del Perú y exasesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, entre otros cargos públicos.