La lideresa del Movimiento Nuevo Perú, Verónika Mendoza, quien saltó a la palestra política con el nacionalismo de Humala al que renunció en el 2012 por los muertos en un conflicto social de Espinar, sostuvo que actualmente se siente “izquierdas”.
“Primero, porque yo me siento de izquierdas, mi corazón late a la izquierda”, respondió al periodista de “La República” Emilio Camacho, quien le preguntó: ¿por qué insiste en aliarse con la izquierda?, si siente que hay ciertos aires de superioridad moral e intelectual en la izquierda”.
Verónika respondió también que el proyecto de Nuevo Perú “tiene que ver con la demanda de un Estado más fuerte, eficiente, que recupere su capacidad reguladora, que garantice educación, salud y vivienda como derechos, y que al mismo tiempo –creo que es un aporte de mi generación– incorpore nuevas agendas, hoy ineludibles, como los derechos de la mujer o la comunidad LGTBI, que, en un momento, en la política, incluida la izquierda, eran consideradas secundarias o irrelevantes. Este es el espacio en el que toca construir y es un espacio que está lleno también de contradicciones, prejuicios, de conflictos, como todo espacio en la sociedad. Es la realidad”.
Camacho repreguntó: “De acuerdo, ustedes tienen un afán de renovación en la izquierda y sin embargo van de la mano con gente que ya tuvo su oportunidad. El señor Yehude Simon no es nuevo en la política, tampoco el señor Salomón Lerner, que está con él, y Patria Roja menos”.
La lideresa de Nuevo Perú respondió: “Creo que ningún proyecto político puede pretender nacer sobre tabula rasa. Uno hace política en la realidad, sobre las bases existentes, no en un mundo ideal. Yo quisiera empezar de cero, pero eso no existe. Y creo que agrupaciones o colectivos de izquierda, con los que puedo tener diferencias, también han aportado en abrir caminos y en ganar derechos”.
Un nuevo pacto constituyente
Sostuvo asimismo que se ratifica en su propuesta de buscar un pacto constituyente con el fin de cambiar la Constitución, y que esta iniciativa no va a emanar de algunos congresistas reunidos en un hemiciclo o de un estudio de constitucionalistas, sino, principalmente, del pueblo, de la gente, de sus demandas y necesidades.
“Es un nuevo acuerdo entre peruanas y peruanos que ojalá se pueda consagrar el 2021, año que vamos a conmemorar nuestra independencia como país, y para eso vamos a trabajar arduamente, promoviendo el diálogo y el debate, probablemente también con algunas fuerzas políticas que están en el Parlamento y han manifestado su interés y su disposición por discutir este tema”, explicó.