La ONU solicitando que se autorice la candidatura de Lula, el jefe del ejército amenazando con un golpe militar, el candidato de la derecha “apuñalado” teatralmente en un acto público, Lula preso, el Partido de los Trabajadores exigiendo que se respeten los derechos del expresidente y acusando de insubordinación al Ejército. Ninguno de los grandes guionistas de la TV brasilera podría haber elaborado escenario más complejo e imprevisible.
El Partido de los Trabajadores (PT) acaba de repudiar al jefe del Ejército brasilero, general Eduardo Villas Boas, por sus declaraciones “de cuño autoritario” contra la candidatura de Lula, formuladas a menos de un mes de las elecciones. El episodio sumó otra complicación a los comicios más complejos desde 1989 cuando los brasileños votaron por primera vez desde el fin del régimen de facto.
“Es muy grave que un comandante con altas responsabilidades se arrogue interferir directamente en el proceso electoral, algo que las Fuerzas Armadas no hacían desde los sombríos años de la dictadura”, planteó el PT.
Los dichos del general Villas Boas publicados fueron “manifestaciones de carácter político de quien pretende tutelar a las instituciones republicanas”, señaló el PT.
Villas Boas rechazó una eventual aprobación de la candidatura de Lula en la justicia. El tema se definirá mañana y si la candidatura fuese aprobada, lo que es muy improbable, se podría afirmar que las elecciones sólo serían un trámite burocrático para devolver a Lula al sillón presidencial. El alto mando militar mencionó un posible veto castrense ante una victoria del líder petista a quien todas las encuestas le atribuyen entre un 38 a 41% de intenciones de voto contra un 20% del segundo, Jair Bolsonaro.
Curiosamente el juez Moro, que determinó el arresto de Lula, fue elegido por los empresarios estadounidenses como la personalidad del año.
Por su parte, el Comité de Derechos Humanos de la ONU aceptó una denuncia contra los atropellos de Moro y recomendó autorizar la candidatura de Lula. Para Villa Boas la recomendación de la ONU lesiona la soberanía del Brasil.
El PT rebatió al general y consideró su postura como un acto de insubordinación. A todo esto se suma la herida recibida por el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro. La “oportuna” y casi teatral herida beneficiaría a este candidato que está bajísimo en el favor popular y especialmente en la opinión femenina.