El Frepap tiene al menos 400 mil militantes. Son agraristas, ecologistas y religiosos radicales. Varones y varonas no aceptan la normalidad de la orientación sexual, pero son menos agresivos en este tema que los "religiosos" naranjas del diezmo y los milagros.
El Frepap le ha dicho "no" al fujimorismo y eso es señal de que también le dice "no" al neoliberalismo de la Confiep.
Cinco mujeres integrarán su bancada de, por ahora, 15 congresistas.
Los hijos del fundador de la organización Ezequiel Ataucusi se odian a muerte, tanto que hay denuncias de amenazas de muerte y balazos.
Su pelea en el Congreso será por la eliminación inmediata de la inmunidad parlamentaria, la libre desafiliación de las AFP, la instalación de un Instituto de Investigación Agraria en cada región del país, más impuestos para los más ricos, reducción de jornada laboral sin perjudicar el salario, un nuevo marco legal para las asociaciones públicas y privadas para combatir los peajes abusivos, etc.
Tiene poco tiempo para lograr sus objetivos en economía y política. El antropólogo sanmarquino Carlos Ernesto Ráez dijo al semanario "Hildebrandt en sus Trece" que duda de que el Frepap, en el 2021, tenga el mismo éxito que el 26 de enero.
Los de Frepap son gente pobre, como millones de peruanos, que han encontrado paz en la religión y esperanza económica en el trabajo. Han llegado por el voto al Congreso y no está mal. Es la expresión más genuina del rechazo a los sinvergüenzas del fujiaprismo y sus satélites y a la falta de unidad de las izquierdas.