El filósofo argentino Mario Bunge cumple cien años de vida este sábado 21. El filósofo racionalista y procientífico más completo de nuestros días estuvo en el Perú en los años 1996 (dos veces), 1997, 2001 y 2009 para dictar conferencias y participar en encuentros de filosofía. Por iniciativa del profesor Lucas Lavado, el Fondo Editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega publicó seis libros que contienen artículos y textos de conferencias de Bunge, y debates y entrevistas en los que él participó.
Los libros Vigencia de la filosofía (1998 y 2009) y Una filosofía realista para el nuevo milenio (2007) incluyen conferencias y debates. A su vez, Diálogos urticantes (2012) reúne entrevistas que Bunge concedió a órganos de prensa. Recomendamos la lectura de estos libros a quien desee conocer datos sobre la vinculación de Bunge con pensadores peruanos.
Vigencia de la filosofía, Mario Bunge
En la presente nota desarrollaremos un objetivo modesto: indicar las menciones que Bunge dedica a peruanos en su libro de memorias Entre dos mundos (Editorial Gedisa, Barcelona, 2014). Las menciones no siguen un orden cronológico.
En la página 107, Bunge recuerda que, estando en Buenos Aires a comienzos del decenio de 1940, se decidió a "organizar una especie de frente común racionalista para combatir el irracionalismo, en particular el existencialismo". Como medio de expresión de tales ideas, Bunge creó la revista "Minerva" e invitó a escribir a muchos filósofos hispanoamericanos.
Bunge explica que "Minerva" suscitó "una recepción entre tibia y hostil" en algunos filósofos, pero también motivó respuestas positivas. Bunge escribe: "Por otro lado, gané el aprecio de Paco Miró Quesada, el principal filósofo peruano, con quien no me vi hasta 1956 y con quien tuve un intenso intercambio epistolar cuatro décadas después". Sería un gran aporte a la cultura que tales cartas se publiquen.
La segunda mención a Miró Quesada se debe al recuerdo del Congreso Interamericano de Filosofía realizado en Santiago de Chile en 1956. Bunge indica: "con Paco Miró Quesada nos hicimos amigos de por vida y volvimos a vernos en Perú y en varios otros congresos" (p. 125). En la página 301, una foto presenta a Bunge, Miró Quesada y otra persona.
Recordemos que Miró Quesada fue también un filósofo centenario pues nació en Lima el 21 de diciembre de 1918 y falleció en la misma ciudad el 11 de junio del 2019. Sería interesante que un investigador explique de qué modo Bunge y Miró Quesada cursaron "vidas paralelas" pues compartieron el propósito de desarrollar filosofías racionales y vinculadas a las matemáticas y las ciencias.
En 1979, durante una gira encargada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Bunge pasó por Lima, donde dictó una conferencia sobre Albert Einstein. En la página 317 anota: "En Lima conversamos con el funcionario encargado de la ciencia, que tenía una estampita de santa Rosa de Lima sobre su escritorio y estaba más interesado en hablar sobre la ilustre familia de mi amigo Miró Quesada que sobre investigación".
En 1987, en la entonces capital soviética, Bunge asistió al VIII Congreso Internacional de Lógica. Él reseña: "En Moscú me reencontré con mis viejos amigos Agassi, Alchourrón, Malitza, Miró Quesada […], y conocí a monseñor Marcelo Sánchez Sorondo (h.) y a David Sobrevilla, gran amigo desde entonces" (p. 300).
Diálogos urticantes.
David Sobrevilla Alcázar (1934-2014) fue un renombrado filósofo peruano que dialogó con Bunge en Lima en el 2001 durante el seminario Una filosofía realista para el nuevo milenio, y su conversación se publicó en el libro así titulado.
Sin precisar el año, Bunge afirma sobre una conferencia suya (p. 331): "En Arequipa hubo tantos inscritos que me hicieron hablar en la catedral. En la Universidad Inca Garcilaso de la Vega me asignaron un guardaespaldas por temor al Sendero Luminoso, cuyo líder había estudiado filosofía. Cuando se me caía la tiza o el borrador, me lo devolvía el guardaespaldas oculto tras la cortina".
En la misma página, Bunge recuerda que la Universidad de Trujillo le otorgó un doctorado honorario. En el Centro de Altos Estudios Militares, Bunge dictó una conferencia, a la que alude: "Me regalaron una placa en la que figura la admirable frase del general [José del Carmen] Marín [Arista]: ‘Las ideas se exponen, no se imponen’"
Mario Bunge añade luego de enumerar los títulos honoríficos que le entregaron cuatro universidades peruanas: "Pero mi mayor satisfacción fue conversar con mis viejos amigos Paco Miró Quesada y David Sobrevilla, y ganar a un nuevo amigo, el inca Lucas Lavado Mallqui. Lucas, iniciador de la Editorial de la Garcilaso, se jugó dos veces su carrera denunciando ante los tribunales la corrupción de dos rectores de su universidad" (p. 331).
En la página 345, Bunge anota: "Gracias a mis frecuentes huidas del hielo, y a mi puntualidad epistolar, he seguido conquistando amigos en diversos sectores sociales. He aquí una muestra de mis conquistas más recientes: […] Lucas Lavado".
En el 2003, Bunge debió mudarse de casa en Montreal (Canadá) a causa de una inundación doméstica, y muchos de los libros de la biblioteca de Bunge se arruinaron. Él agrega: "El único libro serio que recuerdo haber estudiado esos días es el de Carmen Dragonetti y Fernando Tola sobre los paralelos entre las filosofías india y occidental" (p. 345). Fernando Tola Mendoza (1915-2017) fue un filósofo y lingüista peruano especializado en griego, latín e idiomas orientales. Junto con su esposa, Carmen Dragonetti, escribió el libro Filosofía y literatura de la India.
Entre dos mundos, Mario Bunge.
Bunge recuerda su estancia como profesor de filosofía de la ciencia en Philadelphia (Filadelfia, Estados Unidos): "También nos hicimos amigos […] del profesor de Literatura Latinoamericana Eugenio Chang Rodríguez. […] Eugenio lucía su sonrisa de oreja a oreja incluso cuando contaba hechos horribles" (p. 147). Eugenio Chang Rodríguez fue un lingüista peruano que falleció el 6 de agosto último en Nueva York, donde había desarrollado una larga y meritoria carrera universitaria.
Mario Bunge anota que conoció a muchas personalidades en el Congreso Interamericano de Filosofía realizado en Buenos Aires en 1959, y escribe: "También asistieron unos cuantos excéntricos, como el psiquiatra peruano Honorio Delgado, existencialista y fascista" (p. 137). Bunge no explica a qué se debe la calificación política que otorga a Delgado.
En 1968, en la capital mexicana, Bunge dictó unos cursos en la Universidad Autónoma de México; al respecto, indica: "Mi alumno más curioso, Holger Valqui, había asistido en Lima a un curso de mi ex alumno Kálnay y tres décadas después volvimos a vernos en su tierra" (p. 201).
Sin duda, en otros libros y en otras entrevistas, Mario Bunge ha mencionado a personalidades peruanas. Quede la sugerencia de que investigadores rastreen las alusiones. No menos interesante sería buscar las referencias que pensadores peruanos han hecho de Bunge a favor o en contra pues el filósofo argentino no puede ni quiere suscitar polémicas cuando ciertas ideas le parecen disparatadas.