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Ángel Portella

13 Artículos

Asaltaron la tienda en su primer día de trabajo

Liliana regresó a su casa entusiasmada y le contó a su mamá. “Qué bien, hija”, la felicitó ella. “Haz lo que se te ordene y te irá bien”. Al día siguiente se levantó temprano, peleó con su hermano para entrar primera a la ducha, se puso sus mejores ropas y

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Lo pepearon

Bruno quiso seguirla, pero tenía la aguja del suero clavada en la vena de su brazo derecho. Además, la enfermera ahí presente se lo impidió y a él solo le quedó llorar. Se sentía un completo idiota y lamentaba el maldito momento en que decidió echarse una canita al aire.

Ángel Portella

La bicicleta

Pepín regresó a su casa feliz a pesar de todo, decidido a soportar los correazos de su padre. Había perdido su bicicleta, pero pronto tendría novia. Esa noche empezó a sentirse adulto.

Ángel Portella

Quiso contagiar de covid a su suegra

Oyendo hablar a los habitantes de la casona, Cucho se enteró de que la peste mataba más a los mayores de edad y no tanto a los jóvenes. Entonces se le vino a la mente su suegra. “Te fregaste, vieja”, pensó. Y a pesar de la cuarentena, salía de casa

Ángel Portella

Cuyes en el bus

Las mujeres chillaban histéricas, escandalosas. Avergonzada, doña Hilda trataba de cazarlos desplazándose a gatas de aquí para allá, ignorando las protestas. Al cabo de un rato, solo consiguió recoger los cadáveres de sus cuyes pisoteados.

Ángel Portella

Sucios y cansados

Después de un rato dejaron de sentir los ruidos, pero entonces sucedió otra cosa: al llegar a una subidita, de pronto se apagó el motor y la moto se detuvo. "La gasolina", dijo Lucho. "¿Y ahora?", respondió Tito, alarmado. "Dame la botella". “¿Cuál botella?”. “La que te dije anoche que

Ángel Portella

La mujer de blanco

Al cabo de unos minutos, Dora vio reaccionar a su niño, mejorarle el pulso y la respiración. Los ojos del pequeño recobraban lentamente el brillo y la fiebre comenzó a bajar. "Llévelo a su casa y que descanse", le dijo el médico.

Ángel Portella

Desiré

"Diógenes taxeaba y Desiré continuaba con su negocio callejero. Todo lo que ella ganaba, era para enviarlo a su país. “Mi familia pasa hambre allá, mi vida”, decía".

Ángel Portella

Ese gallo era como su hijo

Su muerte en una pelea infartó al dueño porque no podía creer que se lo había comido en un estofado.

Ángel Portella

Pitín y los amigos

"Las borracheras tras los partidos de fútbol a Pitín le trajeron consecuencias nefastas. Una noche se pasó de copas y así se subió a su moto para regresar a casa. Envalentonado por el alcohol, aceleró al máximo y no pudo controlar la máquina cuando un perro se le cruzó por

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